ABC d el lobo estepario
El aprendizaje y la redención de Harry Haller culminan en el “Teatro Mágico”, unespacio simbólico y metafórico donde Armanda se transmuta en Armando y cuestiona los roles sexuales, insinuando que el deseo, libre del lastre de la moral, cambia de objeto continuamente, transitando por todas las formas de placer. En el “Teatro Mágico”, Harry descubre “la embriaguez de la comunidad en una fiesta, el secreto de la pérdida de la personalidad entre la multitud, de la unión mística dela alegría”. Puede decirse que –gracias al viaje físico, carnal y espiritual realizado con sus jóvenes e inesperados maestros- el “lobo estepario” ha muerto. “Yo ya no era yo –afirma Harry, lleno de júbilo-; mi personalidad se había disuelto en el torrente de la fiesta como la sal en el agua”. Los otros ya no son extraños: “su sonrisa era la mía, sus aspiraciones mis aspiraciones, mis deseos lossuyos”. Es evidente que El lobo estepario se interpretó mal. Harry Haller no es un héroe, sino un pobre diablo que se ha parapetado detrás de Mozart y Goethe para disimular su incapacidad de convivir con los otros, experimentando sentimientos de placer y comunidad. Armanda, María y Pablo le proporcionarán la educación sentimental que le permitirá abrirse a los otros y liberarse de sus inhibiciones.En esta novela, Hesse se aleja indistintamente del budismo y el cristianismo. El budismo identifica la dicha con la extinción del deseo y el cristianismo redunda en la oposición platónica entre cuerpo y alma como realidades opuestas. Ambas tradiciones menosprecian la materia y exaltan el espíritu, si bien se separan en su concepción del más allá. Hesse se aproxima a la filosofía de Nietzsche, algran sí a la vida de Zaratustra, pero sin aceptar la inversión de valores, la nueva moral de amos y esclavos que justifica la esclavitud y la guerra. Hesse escribió: “Nunca he vivido sin religión, y no podría vivir sin ella un solo día, pero he podido pasar toda la vida sin ninguna iglesia”. Su religiosidad no implica la execración del instinto o la penitencia corporal, sino un humanismo abierto,...
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