Aborto
1.- Defendiendo la preeminencia del derecho a la autonomía de la mujer Considero que elderecho a la libertad individual de la mujer a disponer con autonomía de la vida del concebido está por encima del derecho a la vida de un embrión o feto cuya “humanidad” es discutible si evitamosapelar a criterios religiosos o emocionales. ¿Un conjunto indiferenciado de células sin sistema nervioso, es decir, sin conciencia, es ya un ser humano? Un embrión no es un ser humano6; es sólo unaposibilidad de ser humano, pero no un ser humano real. En consecuencia, no es posible poner en igualdad absoluta la “humanidad” de un ser humano consciente, libre y plenamente desarrollado -es el caso de lamadre gestante adulta- de aquella que le correspondería a un ser humano en potencia, a un proyecto no realizado de ser humano. El derecho a la vida encuentra su justificación en la dignidad o valorque concede generosa y voluntariamente la madre a la vida de un recién nacido, fruto de un acto de amor y de mutuo y libre consentimiento de sus progenitores. Más importante que proteger en formairrestricta, sin excepciones, el derecho a la vida de un inocente (el concebido no nato), es asegurar el derecho de un existente (la madre gestante), pues carece de sentido proteger a un ser incompleto,incierto y dependiente antes que a un ser completo, estable y autónomo. Este acto no sólo sería ilógico sino desproporcionado. Por eso sostengo que en el conflicto entre derechos y “humanidades”, sedebe privilegiar la libertad en circunstancias concretas antes que un genérico y abstracto derecho a la vida de un “humano en potencia”. Así, pues, el derecho humano de la madre a la libertad individualdebe tener preeminencia sobre el derecho del embrión a la vida. Hay que recordar que los derechos humanos no son derechos absolutos sino que admiten restricciones que son impuestas por su relación...
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