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La madre vaca.

En éste capítulo, Marvin Harris nos ayuda a entender uno de los misterios culturales más conocidos y poco comprendidos por los occidentales: la extrema veneración de los hindúes porlas vacas.
Para los hindúes, la vaca es un animal sagrado y divino, al igual que lo es la Virgen María para los creyentes del cristianismo. La vaca es el símbolo de todo lo que está vivo, por loque matar a dicho animal es un sacrilegio, un acto que jamás se deberá cometer, y del cual no se sale impune fácilmente.
Este amor por las vacas afecta la vida diaria de la India hasta nivelesinsospechados: las vacas deambulan por las calles, dificultando el tráfico y el tránsito peatonal, y en ocasiones, provocando accidentes de tráfico si se paran a rumiar en las carreteras; comen de lospuestos de los mercados sin llevarse reprimenda alguna; pastan en los jardines públicos y defecan en las aceras. Los funcionarios del gobierno se ven obligados a abrir asilos gratuitos a dónde se mandanlas vacas extraviadas para que no causen ningún problema. Allí, las tratan con todo el mimo posible; las cepillan, alimentan, lavan y cuidan en caso de estar enfermas.
Los agricultores las tratan comosi fueran parte de su familia, llegando hasta a adornarlas con guirnaldas para que estén más bellas, rezar por ellas intensivamente cuando enferman y celebrar con sacerdotes y el vecindario elnacimiento de un pequeño cebú.
A cualquier persona le puede impactar la imagen de un campesino hindú muriéndose de hambre al lado de una vaca, pues ésto, para la mayoría de los occidentales, es como sialguien padeciera lo mismo delante de un buen plato de comida caliente pero no se dignase a tomarla; incomprensible. Además, para incrementar la sensación de que actos como éstos carecen de lógica anuestra visión, las estadísticas muestran claramente que la India está plagada de vacas inútiles; aparte de estar casi esqueléticas debido al poco alimento que reciben (la mayor parte de la comida que...