Alexander Fleming (1881-1955)

Alexander Fleming (1881-1955)
“Dans les champs de l´observation, le hasard ne favorise que les esprits préparés” “El azar favorece a las mentes preparadas” Louis Pasteur Primeros años Fleming nació en una pequeña granja aislada de Lochfield Farm (Escocia). Allí pasó los primeros catorce años de su vida. La naturaleza, la mejor de las maestras, desarrolló su espíritu de observación. Inventabansus propios juegos. En la época de nieves debían descubrir los corderos enterrados. Lo hacían distinguiendo una mancha amarillenta, producida por su respiración. Experiencias como ésta debieron de formar su afición por razonar y a regular sus actos de acuerdo a las observaciones. “El hombre del campo – diría – trabaja quizás más duramente, pero lleva una vida de hombre. No hace siempre la misma cosadía tras día”. La vida dura para un granjero era idílica para los niños. Todo un extenso espacio libre para juegos y aprendizaje. Aprendieron a tener cuidado de sí mismos, y se hicieron duros y seguros. “Creo – decía – que mi mayor suerte consistió en ser educado como miembro de una familia numerosa, en una granja. No teníamos dinero para gastar, pero tampoco teníamos gastos. Teníamos queinventar nuestras diversiones, pero era fácil. ¿No poseíamos los animales de la granja, los peces y los pájaros? Sobre todo, aprendíamos inconscientemente mil cosas que los habitantes de la ciudad ignorarán toda su vida”. A los ocho años pasó a la escuela de Darvel, a ocho kilómetros. Con doce fue a la de Kilmarnock. Cada lunes caminaba los doce kilómetros entre la estación y la granja. Aquellas marchasle convirtieron en infatigable. Alec atribuía su resistencia física a la dureza de su crianza, y sostenía que aprendió a observar todos los cambios que se producían en las cosas que veía en sus dobles caminatas diarias, que nunca le resultaban aburridas. “Esto me mantenía en buena forma y me hizo mucho bien”. Demostró poseer una inteligencia rápida, una memoria excelente y un vivo deseo deaprender. Era observador, crítico y sacaba sus propias conclusiones de lo aprendido. A los trece años fue a Londres. Pasar del campo a la ciudad constituyó un brusco cambio. En realidad, el fascinante fenómeno nuevo de Londres exigía la más completa investigación y exploración. Allí vivían tres hermanos (Tom, Robert y Alec). Se divertían juntos. Les gustaban los concursos: geografía, historia, ciencias.Cada uno de ellos colocaba un penique y el ganador se lo llevaba todo. Alec siguió los cursos de una escuela comercial. Cuando cumplió los dieciséis años (1897), Alec dejó la escuela por falta de dinero aceptando un puesto de empleado en una oficina. Era un trabajo aburrido, no le gustaba pero aceptaba su suerte con estoicismo y en silencio. En 1900 estalló la guerra del Transvaal. Él y sushermanos se alistaron en la London Scottish. En el ejército se apuntó al equipo de water-polo. A los veinte años recibió una pequeña herencia, que le permitió estudiar, no como consecuencia de un entusiasmo por la medicina, sino por poder abandonar el aburrido trabajo. Nunca deploró los cinco años pasados en la oficina. “No aprendí nada universitario, pero gané un conocimiento general de las cosasreales. Me

proporcionó un conocimiento una gran ventaja sobre los otros estudiantes, ingresados en la escuela de Medicina al salir del colegio y sin haber dejado nunca los libros por la otra escuela de la vida”. St. Mary’s Hospital El primer obstáculo en su nuevo camino fue que Alec, con veinte años, tres años mayor que los otros estudiantes, no tenía los requisitos para entrar en la universidad.Debía pasar un examen, que aprobó en 1901 siendo el primero de la lista. Que dejando la escuela a los trece años, asistido a la escuela comercial a los dieciséis, siendo cuatro años oficinista, obtuviese las mejores calificaciones es asombroso. Tenía el don de mejorarse a sí mismo en los exámenes. “La competición – dijo un compañero – era el aliento de la vida para él”. Se entusiasmaba en...