Alfredo Jaar

En el contexto político chileno actual existe gran descontento y malestar social ante las políticas que se han aplicado por los diferentes gobiernos y partidos políticos oficiales. La gente está desconfiada y descreída de la clase política dirigente, sin saber bien, sin embargo, qué es eso que molesta.
Frente a este malestar, se suele señalar a los principios del capitalismo. Pero ¿dónde,cuándo y cómo, fue que comenzó todo esto?
Para abordar estas preguntas resulta tan importante como conveniente, hacer revisión de esta situación en nuestra historia, particularmente ahí en el periodo donde se comienza a perfilar en nuestra sociedad esa modernidad acelerada lanzada al consumismo, impulsada a punta de represión, muertes, y miedo, por un estado terrorista y neoliberal (1973 – 1990).
Poruna parte, haremos cierta revisión del contexto político – económico, y por otra, un análisis que nos revele una suerte de origen de este cuestionamiento a lo impuesto, en lo profundo de todo ese malestar. Para ello, vamos a hacer un análisis de la escena artística de esos años, desconocidamente fecunda, definiendo en qué se encontraba el arte y la cultura durante la Dictadura Militar, y luegoeligiendo un artista y una obra suya para analizar de qué manera esta ruptura se manifiesta.
Durante los años en que el país vivió bajo la dictadura podemos encontrar, respecto de la escena cultural, ciertos rasgos predominantes:

- El control de las instituciones culturales y educativas. Intelectuales muertos, desaparecidos, exiliados.
- Un discurso moral oficial (progreso galopante por el quehay que trabajar estoicamente día a día);
- Y la sustitución del estado por la empresa privada como patrocinadora de la actividad cultural dentro de una economía de libre mercado.
Con el avance del capitalismo, se comienza a gestar en el núcleo de la sociedad una dramática desconexión entre los efectos de una economía que juega con relativo éxito en el tablero de la globalización, y unacultura general provinciana, localista, cerrada en estructuras de tradición oligárquica y de militarismo prusiano donde el discípulo se enorgullece del maestro, procurando su respaldo, y hasta enamorándose de él. Un país que no se transformó en corrientes migratorias europeas importantes, manteniendo una población provincial y principalmente mestiza.
Esta modernización acelerada que Chile vive poresos años no será sin consecuencias. Santiago aparece como una de las ciudades más contaminadas, y Chile como uno de los países cuya distribución de los ingresos es de las más desiguales del mundo.
En la crítica artística por otro lado, los intelectuales sofisticados conviven en las universidades controladas, con una burguesía conservadora y culturalmente pre-moderna, sin brindar reconocimientosocial a los jóvenes artistas. De gusto erudito, el arte es pensado para producir teoría más que para analizar las obras y comunicar su sentido fuera del santuario de la elite.
Es en este contexto social, paradójico, entre lo sofisticado y lo provincial, en una suerte de país enfocado en sí mismo, que busca marcar distancia con sus vecinos latinoamericanos, es donde se sitúa al artista y obra queanalizaremos: ¿Es usted feliz? De Alfredo Jaar.























Citas Bibliográficas de la obra:
“Estudios sobre la felicidad nació hace veinte años en medio de una situación desesperada: Santiago de Chile, 1979. Fue fruto de mi idealismo utópico que trataba de combinar con poesía, actividad ingenua pero muy necesaria en aquella época. Tenía entonces veintitrés años yacababa de abandonar mi carrera de arquitectura. (…) Finalmente, y tristemente, siento haber perdido el idealismo utópico‐poético de entonces. (…) Gramsci proponía contraponer al pesimismo de la inteligencia el optimismo de la voluntad. En eso estoy, no muy convencido.”(1)
“Como la pregunta sobre “la felicidad”, los medios que utiliza el trabajo de Jaar tienen una relación con otros medios...