Amor y sociedad

De pronto nacimos en una sociedad que es incapaz de amar. Una sociedad aislada de todo sentimiento comunitario de amor, que nos desnaturaliza cuando las masas,supuestamente representadas por el Estado aceptan las guerras, la miseria, el hambre, la incultura, como defectos naturales de una humanidad en “vías de desarrollo”.Cuando digo que nuestra sociedad es incapaz de amar, hablo del amor tangible, del movimiento que este genera, de la dignidad que un padre debiera dar a sushijos, esa dignidad de la que nuestra sociedad carece por no tener un padre capaz de amar.
Los niños mueren de hambre sin escasez de alimento en el mundo. Los enfermosdeben dejar sus vidas en manos de dioses y santos en miserables hospitales.
Este ser humano que por amor ha dado la vida muchas veces, es desterrado de sunaturaleza en una sociedad que avala y defiende el desamor de la pasividad más egoísta.
Creo que es urgente reconocernos como hermanos, miembros de un mismo clan, hijosde un mismo Dios para aquellos que son cristianos, iguales de nacimiento en derechos y oportunidades. Es urgente escandalizarse más por las injusticias diarias ygritar, si es necesario, para al menos intentar cambiar un poco todo esto. Es urgente no quedarse quietos como si fuéramos entes no pensantes.
No puedo comprenderel amor como otra cosa que no sea movimiento, acción, entrega, solidaridad por otros. La solidaridad que entrega dignidad y no la caridad que regala pan alobrero.
De pronto crecimos en esta sociedad incapaz de amar, pero nuestra naturaleza nos exige con urgente moral que hagamos algo. Hablo del amor revolucionario.