antropoligia

ANTROPOLOGÍA CRISTIANA Y PERSONALIZACIÓN 1
HOMBRE IMAGEN Y SEMEJANZA
HOMBRE SER TRASCENDENTE
HOMBRE SER LIBRE
HOMBRE SER EN SITUACIÓN
HOMBRE SER EN RELACIÓN
HOMBRE SÍNTESIS DEL UNIVERSO
HOMBRE SER ELEVADO POR LA GRACIA

Documento extraído de: Instituto Superior de Educación y Catequesis “Juan Pablo II”. Modulo II y IV de
Antropología Cristiana
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HECHO DE VIDA:

AUTOBIOGRAFÍADE UN COCO

Nací en la copa de un árbol robusto, que había crecido en un suelo arenoso a lo largo de la
costa. Desde mi atalaya disfrutaba de una vista fantástica de cuanto me rodeaba.
Era muy feliz me sentía orgulloso de ser un coco. Creía que mi padre era maravilloso, hasta
que un día oí que varios transeúntes le maldecían a él y a toda la familia. Si no recuerdo mal,
uno de ellos dijo:¡Qué calor hace hoy! Si al menos este maldito cocotero nos diera sombra! Odio los cocoteros.
Tan rugosos, tan feos y deformes, sin hojas, ni flores, ni siquiera aroma.
Esto hizo sentirme tan desgraciado que algo cambió dentro de mí. ¿Cómo es que no lo había
visto antes? Realmente era feo; casi deforme. Me sentía avergonzado y decidí que no dejaría
jamás que nadie viera mi fealdad interior.Comencé a construir a mí alrededor una capa muy densa, dura y peluda para proteger mi
interior de las miradas destructoras. Después de todo, evidentemente, no había nada bueno
dentro de mí. Si alguien me hubiera visto por dentro, me despreciaría y me rechazaría aún
más. Por eso tejí a mí alrededor una capa de materia áspera, peluda, de color pardo,
desagradable
al
tacto,
para
que
nadie
seatreviera
a
tocarme.
Odiaba que me tocaran o acariciaran.
Al cabo de unas semanas, que pasé deprimido meditando sobre mi desgracia y sin apenas
hablar con mis hermanos y hermanas, me vi, de repente sorprendido por un impetuoso
temporal. Todos éramos sacudidos violentamente y aterrado me agarré a mi padre, temiendo
ser arrancado del árbol. Pero todo fue inútil, perdí el control y sentí queera arrojado con
vehemencia hacia abajo, cayendo en el oscuro vacío. Me encontré aturdido en el suelo,
magullado y dolorido por el golpe. Solo y temblando de miedo pensé que lo único que me
quedaba, era esperar la muerte. Evidentemente había sonado mi hora...cuando un grupo de
aquellos
odios
transeúntes
se
acercaron
a
mí.
Más
¡qué sorpresa grata fue para mí oír que uno de ellos decía:“ Mira qué coco tan bonito! Realmente es una suerte” Sin apenas dar crédito a lo que oía, sentí
que me levantaban del suelo y me agitaban junto al oído de un joven. Su nariz comenzó a
olerme y sus labios murmuraban, dirigiéndose directamente a mí:
¡Qué coco tan fresco, dulce y sabroso debes ser! Me alegro de haberte encontrado.”!.
¿Cómo! ¿Yo fresco y dulce? Tenía que haber algún error.Ciertamente, yo no era más que un
estúpido que se contentaba con que le dejaran en paz.
El muchacho comenzó a quitar con cuidado los pelos ásperos y pardos que había hecho crecer
a mí alrededor para protegerme. Lo hizo con delicadeza, como si deseara no hacerme daño.
Por primera vez en muchos meses volví a sentirme feliz, sin darme cuenta de que el muchacho
cogía una piedra grande para golpearme confuerza, con mayor rapidez y energía no dejaba
de darme golpes.
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Gritando de dolor quería preguntarle qué buscaba y pedirle que parara. Debe saber que
dentro de mí solo hay fealdad. ¿Qué esperaría encontrar debajo de mi dura corteza? Unos
minutos más tarde sentí un fuerte chasquido y que me partían en dos. De mis heridas comenzó
a rezumar jugo y con gran sorpresa mía el chico y sus amigosbebieron de él. Por sus gestos de
satisfacción podía decir que estaban disfrutando con gratitud, ellos comentaban lo bello,
lo dulce, lo fresco que estaba.
Mi gran sorpresa fue cuando después de separar partes de mi corteza, arrancaron algo de mi
interior. Era inmaculado, blanco, suave, mi interior era hermoso y disfrutaban de mí.
¡La gente me quiere! Exclamé. No soy feo ni inútil. Soy...