Aristóteles

La existencia de dios me ha traído muchos problemas. No problemas de verdad, claro está, solo molestias menores, hasta la fecha no me ha dejado ciego ni ha hecho que un monstruo marino me trague. Másbien son pequeños inconvenientes, como tratar de explicarle a otra persona mis creencias, o el simple hecho de que no me ocupo en tener creencias. Generalmente mi respuesta es: “La existencia, o noexistencia, de dios es irrelevante para mi propia existencia… o la de él. Dios existe, estoy acá y él allá. Dios no existe e igual estoy acá” o “Creo que hay gente que cree en dios”. Son salidasfáciles de un tipo que juega de listo y no le sale muy bien y generalmente generan más molestias. Al final uno simplemente tiene que aceptar que sí, es así de superficial. Pero eso es otro tema.

El hechoes que, debido a esta molestia constante que implica el tener una posición respecto a lo espiritual, he llegado a una nueva respuesta: efectivamente, para efectos prácticos, dios existe. Es unasalida fácil, una conclusión forzada y posiblemente falaz, pero el hecho es que la unión de mis dos respuestas para jugar de listo, y los resultados que suele tener enunciarlas, me han llevado a aceptar laexistencia, para todos efectos prácticos, de la divinidad.

Dios existe por el simple hecho de que es un concepto social. Acá no se está discutiendo la existencia física y “real” de una divinidad(o varias), simplemente se acepta el hecho de que dios es una parte de la sociedad. Una enorme parte. La mayoría de las personas, aunque no sigan una religión formal, confían totalmente en laexistencia de un plano espiritual que va más de lo que puede ser percibido por medios humildes y mundanos (los sentidos, pues).

Ya sea como una forma arcadia de explicar los fenómenos de la naturaleza, yasea como una buena excusa para usar ropa extravagante y torturar gente o hacer una buena guerra santa, explicado como “el sentimiento trágico de la vida”, asociado a drogas alucinógenas o como...