Arkana

Arkana



Sebastián pon atención por favor, levanto la voz fuertemente la profesora Rose una mujer de bien unos cuarenta años, delgada y pálida, un poco refunfuñona.
-Ya maestra, disculpe. Hablo Sebastián con la mirada seria y la bajo hacia su libro, se había distraído al oír el escandaloso sonido de una de esas canciones modernas de rock, que altero un poco el salón, vio el mensaje de suamiga Bárbara una chica alocada que se la vive de fiesta en fiesta, el mensaje decía “Sebastián tienes que ir a la noche, irán todos y no tienes que faltar” por el contrario Sebastián un buen chico que se preocupa por sus calificaciones no se sentía lo suficiente tentado como para acudir a aquella fiesta.
-Solo chicos bebiendo cerveza, con esos estúpidos juegos de preguntas en el cual giran unabotella, para saber sobre sus patéticas vidas, es en realidad estúpido, pero en fin asi es toda la gente!. Pensó Sebastián apoyando el grafito de su lápiz con el lienzo blanquecino de las hojas de aquel libro de química.
Se oyeron tres timbres todos rápidamente alzaron sus libros en sus mochilas y salieron despavoridamente, Sebastián camino lento como si estuviera muerto en vida, sin ganas denada, muy apenas de vivir.
Camino a su casa va el joven alto, delgado, cabello oscuro, con unos delicados labios rojizos y unos ojos oscuros, que se miran como si sus pupilas estuvieran dilatas por droga o algo asi, la verdad es que detrás de su mirada había algo enigmático y misterioso que llamaba la atención de todas las chicas en el colegio. Con su lustrado zapato Sebastián tira una piedra, viendoa todas las personas y cosas que se encuentra en su camino, pensando, pensando en mas que la vida, la sociedad, y los deseos y juicios caprichosos que tienen esta cultura moderna pero a la vez complicada.
-¿Por que todos se preocupan por su aspecto? para mi todos se ven igual de idiotas solo demuestran eso ¿Porque todos tienen una estúpida fé en cosas que no existen?, se dejan manipular peroconmigo jamás podrán, me han enseñado las reglas de ética y moralidad, y mesías falso para venerar, pero mi mente me ha desafiado, mi subconsciente me dice, ¡patrañas! ¿Por qué me tengo que atormentar siempre?, siempre pensando en cada detalle, cada cosa mínima, y mi IQ es de 300, mi propia inteligencia me parece desafiante, por que el demás puñado de idiotas del colegio los veo siempre riéndose, yen cambio yo parece que esa inteligencia se convirtió en oscuridad y hayo alojo en mi corazón, mi vida es tan monótona, es como si saber tanto no me dejara pensar!, ¡vaaa! que estupideces digo, el corazón no depende de la felicidad, sino que el timo, mmm ya no se qué digo, solo que es como si todos los conocimientos que se llenaran de amargura todo mi ser, y aunque quisiera cambiar no puedo, soyun chico de convicciones fuertes, y jamás podre imitar a los demás, y creer en estupideces.
Pensó el joven abriendo la puerta de su casa y dejando su mochila en el sofá, agotado procedió a sentarse y tocando el acetato de sus agujetas, se los quito.
-Madre, ¡ya llegue!.. Se oyó silencioso todo.
-Mmm de seguro no está, se dirigió hacia lo cocina, y había un recado con tinta azul.. “Sebastián, fuia visitar a tu abuela, hay dos rebanadas de pizza caliéntalas en el microondas”. Procedió a calentarlas y oyó el ruido de la perilla dorada e la puerta, era su amiga Bárbara, una chica una chica mayor que Sebastián dos años, de tez morena clara, cabello castaño y un poco ondulado.
-¿Qué haces bobo? Lo dijo en tono burlón.
-Nada, apunto de comer comida para astronautas.
-¿Comida paraastronautas?
-Si de esas que venden en una cadena de auto servicio, ya bien conocidas, ¡ja!, es pizza mensa, pero esta toda prefabricada, casi sabe a plástico. Aun así la comeré, pues estoy bastante hambriento, ¿gustas, pequeñas Barbs?
-No gracias acabo de ir con mi mama al buffet de comida china, ¡provecho!
Sebastián empezó a comer las dos rebanadas de pizza, mirando a Bárbara.
-Y bien... ¿Iras a la...