Armenia
Páginas: 5 (1071 palabras)
Publicado: 19 de febrero de 2013
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar
La elección de nombres extranjeros y la colectividad armenia por Luis MOISSET de ESPANES "La Voz del Interior", Córdoba, .
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El día 24 de abril me llegó por correo una resolución judicial sobre la facultad de los padres para elegir el nombre de sus hijos; por raracoincidencia el caso se refería a nombres de origen armenio y lo recibí en la fecha en que se recuerda el genocidio padecido por ese pueblo. Comenté el problema con uno de mis auxiliares docentes, el Dr. Luis Bernardo Cima, quien me impulsó a concretar en estas líneas las reflexiones que nos inspiró esa sentencia (a), que no se limitan al terreno de la técnica jurídica, sino que enraizan con laconcepción política del respeto que debe tenerse a los grupos minoritarios, a veces diezmados por la intolerancia racial, política o religiosa. Muchos pueblos no solamente han sido perseguidos física y moralmente (recuérdese las cámaras de gas de los nazis, la matanza del pueblo armenio y la persecución de los indígenas en América del Norte, e incluso en muchas regiones de América latina), sino quedeben con frecuencia soportar otro tipo de presiones que tienden a borrar sus vínculos de nacionalidad, raza o religión. Pretender que los inmigrantes refugiados deban "adoptar forzosamente" las costumbres, religión y usos del pueblo que los acoge, renunciando a sus ancestros, significa un ataque casi tan grave como la eliminación física, pues conlleva una pérdida total de su propia identidad. Nopretendo sostener que los países que reciben a los perseguidos políticos, religiosos o raciales, deban permitirles que atenten contra sus instituciones fundamentales; pero, aceptado que deben respetar las leyes, y las buenas costumbres, hay que reconocer a estos inmigrantes, por elementales razones humanitarias, la posibilidad de conservar sus más arraigados sentimientos, su identidad personal, yde grupo, y reconocerles aquellos atributos que son propios de toda persona humana. Uno de esos atributos, precisamente, es el nombre.
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Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar
Hace ya años, comentando el art. 3 de la ley 18.248, he sostenido que mientras los nombres sean de fácil pronunciación y no resultenextravagantes o ridículos, no se justifican las limitaciones que se imponen a su elección, y que la mayor parte de los que actualmente se usan se han originado en la adaptación de nombres utilizados por otros pueblos (ver "El nombre y la ley 18.248", Rev. Notarial de Córdoba, Nos. 19-20, 1970, p. 13); y he criticado, recordando a Messineo, los dispositivos que prohiben el uso de nombres extranjeros, porqueen ellos se refleja "una injustificada xenofobia inspirada en un viejo nacionalismo" (ver "La prohibición de elegir nombres extravagantes, ridículos o contrarios a nuestras costumbres". La Ley, 1979 - B - 652). He dicho también que cuando la ley admite que se imponga a la criatura un nombre extranjero "si es el de los Upadresu", la norma tiene que interpretarse con amplitud, admitiendo también elnombre de los abuelos, u otros ascendientes directos, ya que éste es el significado que da al vocablo "padres" el Diccionario de la Real Academia en su 14ª acepción; y que los nombres extranjeros "castellanizados por el uso", comprenden no solamente los que se emplean corrientemente en Argentina, sino en cualquier país de habla hispánica (ver nuestros trabajos publicados en Zeus, T. 31, D-15; T.33, D-5; T. 34, D-49). No es el momento de volver sobre esos trabajos, pero el fallo que motivó estas reflexiones trataba del nombre "Sose Maro", que un padre de estirpe armenia pretendía poner a su hija. Los nombres elegidos tienen fonética y grafía compatibles con el idioma castellano, y consta que en la lengua armenia su uso corresponde a personas del sexo femenino; pero, resulta que "no están...
La elección de nombres extranjeros y la colectividad armenia por Luis MOISSET de ESPANES "La Voz del Interior", Córdoba, .
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El día 24 de abril me llegó por correo una resolución judicial sobre la facultad de los padres para elegir el nombre de sus hijos; por raracoincidencia el caso se refería a nombres de origen armenio y lo recibí en la fecha en que se recuerda el genocidio padecido por ese pueblo. Comenté el problema con uno de mis auxiliares docentes, el Dr. Luis Bernardo Cima, quien me impulsó a concretar en estas líneas las reflexiones que nos inspiró esa sentencia (a), que no se limitan al terreno de la técnica jurídica, sino que enraizan con laconcepción política del respeto que debe tenerse a los grupos minoritarios, a veces diezmados por la intolerancia racial, política o religiosa. Muchos pueblos no solamente han sido perseguidos física y moralmente (recuérdese las cámaras de gas de los nazis, la matanza del pueblo armenio y la persecución de los indígenas en América del Norte, e incluso en muchas regiones de América latina), sino quedeben con frecuencia soportar otro tipo de presiones que tienden a borrar sus vínculos de nacionalidad, raza o religión. Pretender que los inmigrantes refugiados deban "adoptar forzosamente" las costumbres, religión y usos del pueblo que los acoge, renunciando a sus ancestros, significa un ataque casi tan grave como la eliminación física, pues conlleva una pérdida total de su propia identidad. Nopretendo sostener que los países que reciben a los perseguidos políticos, religiosos o raciales, deban permitirles que atenten contra sus instituciones fundamentales; pero, aceptado que deben respetar las leyes, y las buenas costumbres, hay que reconocer a estos inmigrantes, por elementales razones humanitarias, la posibilidad de conservar sus más arraigados sentimientos, su identidad personal, yde grupo, y reconocerles aquellos atributos que son propios de toda persona humana. Uno de esos atributos, precisamente, es el nombre.
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Hace ya años, comentando el art. 3 de la ley 18.248, he sostenido que mientras los nombres sean de fácil pronunciación y no resultenextravagantes o ridículos, no se justifican las limitaciones que se imponen a su elección, y que la mayor parte de los que actualmente se usan se han originado en la adaptación de nombres utilizados por otros pueblos (ver "El nombre y la ley 18.248", Rev. Notarial de Córdoba, Nos. 19-20, 1970, p. 13); y he criticado, recordando a Messineo, los dispositivos que prohiben el uso de nombres extranjeros, porqueen ellos se refleja "una injustificada xenofobia inspirada en un viejo nacionalismo" (ver "La prohibición de elegir nombres extravagantes, ridículos o contrarios a nuestras costumbres". La Ley, 1979 - B - 652). He dicho también que cuando la ley admite que se imponga a la criatura un nombre extranjero "si es el de los Upadresu", la norma tiene que interpretarse con amplitud, admitiendo también elnombre de los abuelos, u otros ascendientes directos, ya que éste es el significado que da al vocablo "padres" el Diccionario de la Real Academia en su 14ª acepción; y que los nombres extranjeros "castellanizados por el uso", comprenden no solamente los que se emplean corrientemente en Argentina, sino en cualquier país de habla hispánica (ver nuestros trabajos publicados en Zeus, T. 31, D-15; T.33, D-5; T. 34, D-49). No es el momento de volver sobre esos trabajos, pero el fallo que motivó estas reflexiones trataba del nombre "Sose Maro", que un padre de estirpe armenia pretendía poner a su hija. Los nombres elegidos tienen fonética y grafía compatibles con el idioma castellano, y consta que en la lengua armenia su uso corresponde a personas del sexo femenino; pero, resulta que "no están...
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