Artículos Larra
MI NOMBRE Y MIS PROPÓSITOS 10
EL CAFÉ 14
UNA PRIMERA REPRESENTACIÓN 22
UNA PRIMERA REPRESENTACIÓN 23
YO QUIERO SER CÓMICO 31
EL CASTELLANO VIEJO 37
¿ENTRE QUE GENTES ESTAMOS? 46
LAS CASAS NUEVAS 51
EL DUELO 56
EL ÁLBUM 61
LOS CALAVERAS65
MODOS DE VIVIR QUE NO DAN DE VIVIR 74
LA FONDA NUEVA 80
LA VIDA DE MADRID 85
LA DILIGENCIA 88
VARIOS CARACTERES 94
LA NOCHEBUENA DE 1836 97
EL MUNDO TODO ES MÁSCARAS 103
EMPEÑOS Y DESEMPEÑOS 112
CARTAS A ANDRÉS NIPORESAS 120
YA SOY REDACTOR 132
DON TIMOTEO O EL LITERATO 136
LA POLÉMICA LITERARIA 142
DON CÁNDIDO BUENAFÉ O EL CAMINODE LA GLORIA 146
EL HOMBRE PONE Y DIOS DISPONE o LO QUE HA DE SER EL PERIODISTA 151
EL SIGLO EN BLANCO[2] 153
UN PERIÓDICO NUEVO 156
EL HOMBRE-GLOBO 161
VUELVA USTED MAÑANA 166
CUASI. PESADILLA POLÍTICA 173
LA SOCIEDAD 177
LAS PALABRAS 182
POR AHORA 184
EL MINISTERIAL 186
EN ESTE PAÍS 189
LA ALABANZA o QUE ME PROHIBAN ESTE 194
LASCIRCUNSTANCIAS 198
LA JUNTA DEL CASTEL-O-BRANCO 201
NADIE PASE SIN HABLAR AL PORTERO o LOS VIAJEROS EN VITORIA 207
LITERATURA 212
«PANORAMA MATRITENSE»: Cuadros de costumbres de la capital observados y descritos por un Curioso Parlante
Artículo primero: Consideraciones generales acerca del origen y condiciones de los artículos de costumbres. Escritores francesesmodernos que más se distinguen en este ramo de literatura
Mariano José de Larra
Este género, tal cual le cultiva tan felizmente entre nosotros el Curioso Parlante, es enteramente moderno, y fue desconocido a la antigüedad. Muchos escritores moralistas habían estudiado ya al hombre y la sociedad de su tiempo; esta especie de filosofía práctica encontró siempre numerosos sectarios bajo ladiversidad de formas que adoptó para producirse; el teatro en todas partes se apoderó de las costumbres para retratarlas desde Aristófanes hasta nuestros días; algunos, no queriendo disfrazar tanto sus lecciones, dieron desde Teofrasto hasta Labruyère los resultados de su observación del corazón humano en caracteres ligeramente bosquejados, pero desembarazados de toda intriga que pudiese desleír entintas degradadas y acumuladas su colorido principal. Otros, sentenciosos y lacónicos, como La Rochefoucauld y Vauvenargues, se limitaron a colecciones de aforismos morales. Prefirieron muchos la sátira, verdadera composición poética de costumbres. Algunos, en fin, idearon el medio de urdir un cuento, una fábula más o menos intrincada, para desenvolver una lección moral, como lo hicieron Esopo, Fedro,Lafontaine y Samaniego, Marmontel, madame Genlis, madame Cottin, Fielding y otros, creando el apólogo, el cuento moral y la novela de costumbres. Conocidos ya y gastada la novedad de estos diversos géneros, pensó Montesquieu excitar nuevamente la curiosidad con una idea peregrina, lo que logró completamente adoptando la forma epistolar en sus Cartas persas, seguidas de numerosas imitaciones, delas cuales sólo las Cartas peruanas lograron sobrevivir, y que lograron tal éxito que, según cuenta él mismo, llegó el caso de que los libreros no abrían la boca, hablando con literatos, sino para decirles: «Hágame usted cartas persas». Pero en cuanto a estos diversos géneros enunciados, nada tenía que envidiar la literatura española a las extranjeras; nuestro teatro, tan pródigo de fábulasestériles, encontró a veces en Calderón mismo, en Lope, y sobre todo en Alarcón, Tirso, Moreto y los que los siguieron, escritores excelentes de costumbres. En la sátira, ni nos faltaron Juvenales, ni Boileaus. En la novela, en el cuento, en la fábula, la nación que puede citar a Cervantes, a Quevedo, a Mateo Alemán, a Luis Vélez de Guevara, al autor de La Celestina, de Gil Blas, sea quien fuere, a...
Regístrate para leer el documento completo.