Autistmo, desde el psicoanálisis hacia otras teorías de marcela menassé
Autismo: Desde el Psicoanálisis hacia otras teorías. Marcela Menassé Desde el comienzo de mi práctica clínica, me interesé por los que entonces solía llamar, indistintamente creo hoy, niños psicóticos. Recuerdo, por ejemplo, a uno de mis primeros pacientes hace ya más de 20 años, dibujando en un pizarrón con sus 4 añitos el sistema solar completo: Júpiter con sus lunas, Saturno con sus anillos, otras galaxias, y meses más tarde el mundo submarino, las diferentes clases de ballenas, los calamares, etc. Lo recuerdo jugando horas con el agua. Luego conocí a otros niños, distintos cada uno del otro, pero también parecidos. No a muchos otros, no hay tantos niños dentro de lo que hoy suele
1 llamarse “el espectro autista”.
Como mi formación era predominantemente psicoanalítica, cuando intenté teorizar sobre mi práctica, porque ésa fue la intención: conocer el tema y poder fundamentar de alguna manera lo que con estos niños me encontraba haciendo desde hacía tiempo, primero tomé algunos textos de orientación lacaniana: Eric Laurent, Los Lefort, Colette Soller, y sólo luego empecé por el principio: Melanie Klein, Bettelheim, Tustin, Mahler, para luego volver sobre otros autores lacanianos. De estos últimos, el que entonces más me interesó fue J.C. Maleval quién describe al autismo como “determinado a la vez por una
carencia específica: la de la posición de enunciador y por una defensa específica: la del doble.
Me interesaron especialmente sus reflexiones sobre el encuentro estructural con un doble en el autismo, porque trabajando con estos niños, yo también había notado, que al ubicarme en la posición de doble, a veces se abría
2 una vía de entrada. Así había sucedido con M, el niño de los colores, un niño
autista de alto funcionamiento, que llegó a la consulta con 4 años recién cumplidos, y que había empezado a hablar alrededor de los 3 años y medio. En el primer encuentro entra sin mirarme y toma los marcadores. Nombrando el color (verde, verde claro, verde oscuro, rojo, fucsia, naranja, celeste etc.) raya con cada uno la hoja. Imitándolo y tomando los lápices a mi
Neuropsicología Hoy
turno digo: verde, ¿qué puedo hacer con verde? un árbol y dibujo un árbol; amarillo: un sol y dibujo un sol; rojo: una manzana y así sucesivamente. De reojo comenzará a mirar lo que hago. Después de varias sesiones con el mismo esquema, es él, el que con amarillo dibujará un sol y una luna con violeta. ¿Violeta?, entonces dibujo una luna digo yo, construyendo con este juego de espejos una vía de comunicación que nos llevará meses más tarde, a dibujarnos el uno al otro y a encontrarnos acunando cada cual a un color, como si fuesen bebés, cantando el arroró, comenzando a jugar. Pero también me atrajo de Maleval que en su recorrido, (el trabajo se
3 titula: “De la psicosis precocísima al espectro del autismo”) aparte de los
autores psicoanalíticos, tuviese en cuenta a los que hacía tiempo también estaban pensando en estos niños pero desde otras perspectivas. Como por ejemplo: las explicaciones y descripciones que desde la psicología cognitiva los diversos autores dan al trastorno; los testimonios de autistas adultos como el
4 5 6 de Temple Grandin , Donna Williams o Biger Sellin ; o las impresiones de un neurólogo, como las que Oliver Sacks trasmite en su libro “Un antropólogo en
7 Marte” .
Así motivada, continué el recorrido por la psicología cognitiva, interesada en conocer cómo desde esta teoría, se explicaban las particularidades del pensamiento y la conducta autista. Encontré en varios trabajos descripciones muy apropiadas, algunas de ellas no tan ...
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