Barba

Ha pasado casi un año, lo último que escribí fue cuánto me imploró no volver a escribir de él en lunaenlacabeza, fue entonces cuando tomé un baño con las luces apagadas y decidí de una vez cerrarun hermoso pero doloroso ciclo.

Empecé a vivir una nueva etapa, a crearme y mil cosas que han quedado acá, más nunca volví a verlo, ni en una fiesta, ni en la calle, ni de pasada.

Las barbascomenzaron a darme nervios, los carros verdes a alterar mi respiración a punto de descomposición, y de nuevo las barbas, no cualquier tipo sino esas barbas, eran el equivalente a un segundo suicidándose.No pensaba en él, más esos momentos en que me sentía realmente bonita y arreglada, “que ganas que me vea, que vea que tengo el pelo largo y no parezco un niño, que he perdido peso y ya no me vistocomo mmm… un niño” todo este tipo de pensamientos egocéntricos se cruzaban, pero siempre imaginé el día que nos topáramos de vuelta.

Yo peinada y vestida a la perfección, mis hojas en desordensalían volando por el viento hasta que caían a sus tennis viejas y al subir la mirada estaba él viéndome con en un juego de miradas infinitas.

No fue así, por supuesto no iba a serlo ni viviendo enHollywood.

Era un domingo, por motivos de trabajo me encontraba en un mall al este de la ciudad, tomando fotos gratuitas a quién pasara, me acompañaban una pareja vestidos de corazones que corrían ala gente (especialmente parejas) para pedirles que yo les tomara una foto de San Valentín.

A decir verdad la fotografía ha hecho que cambie tanto mi mentalidad, ya poco me parece polo, siento quesoy un personaje más detrás del lente, agradezco cada persona que está frente a mi con un hermoso trato, una vez me dijeron “todos están esperando esos cinco minutos de fama, usted y su cámara puedendárselos” entonces sea en un bar, un mall, un estudio, en la calle, todos son iguales para mi, quiero tratarlos bien.

Pero estaba harta, me dolía la espalda de tanto agacharme y ponerme de pie,...