Batalla del bajo de tarapaca

La rolumnn d e Ramlrez

La secci6n mandada por Ramirez se separ6 de Arteaga a1 venir el dia, caminando en direcci6n de Huaracifia, para bajar a la qucbrada por una cuchilla que muere en la pampa del Tamarugil. Llevaba consigo siete compafiias del Regimiento NO 2 con u n personal de ochocientos a novecientos hombres, dos obuses de la Artilleria de marina y 10s 25 Cazadores de Miller Almeida. Elregimiento se componia de ocho compaiiias, per0 la octava habia sido agregada a la subdivisi6n de Santa Cruz. Ramirez comprendi6 el error tictico a que se le condenaba y como soldado disciplinario se limit6 a obedecer. A1 divisar el valle de Tarapaci dijo tristemente: “Me mnndan a1 matadero”. En efecto se le enviaba a1 fondo de la quebrada cuando el pensamiento Salvador de 10s enemigos habia sidotomar las alturas. Uno bajaba a colocarse en el a t a i d de que el otro acababa de escapar. Con raz6n dice Vicufia Mackenna.
“El Comandante Ramirez descendia hncia el fondo de la quebrada que era un cementeria, en Ins precisos momentos en que CAceres por el costado del poniente y Bolognesi por la ladera opuesta subian a coronar las cimas donde brillaba junto con el sol, la victoria”.

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Ya que un fatal error lo condenaba a adoptar una posici6n tan desventajosa, Ramirez debi6 tomar 10s faldeos de In montafia, no el cauce del rio, para encontrarse siempre en situaci6n predominante sobre el Ejtrcito contrario, que lo aguardaba parte en el pueblo con Buendia, y parte en las alturas del oriente con Bolognesi. Probablementeextravi6 su criterio la orden que tenia de tomarse el caserio que esti en el fondo de la quebrada, pero si hubiera conocido el terreno habria visto que era mis iicil dominarlo con 10s fuegos del alto que embis-

titndolo de frente. La inclinaci6n del cerro no le permitia vcr las fuerzas que defendian a1 pueblo en el bajo, pero si a la divisi6n de Bolognesi desplegada en frente de la aldea enlas colinas y cerros del naciente. Contra esta fuerza despach6 a1 tercer jefe del regimiento, mayor don Liborio Echanez, con dos compafiias mandadas por 10s capitanes don Pablo Nemoroso Ramirez, su hermano, y don Manuel Pantale6n Cruzat. La medida era buena, per0 incompleta. Si por la inversa, Ramirez resuelve dejar una pequefia parte de su tropa en el hajo y destinar el grueso de ella a dominar lasposiciones de Bolognesi la suerte del dia pudo ser otra. El tom6 el mando de las cinco compafiias que quedaban en el fondo del cauce y march6 en linea recta por el feraz y sombrio arbolado, en este orden: dos en guerrillas adelante, tres detrks, el piquete de caballeria a retaguardia. ~ Q u sucedi6 en el primer momento? Seria imposible deducirlo de 10s t partes oficiales. Son tan confusos, tandeliberadamente conf usos, que apenas contienen uno que otro detalle que el historiador pueda acepfar como testimonio de verdad. La versi6n oral que creo mds autorizada e s que las compa’‘ tornu fiias de Ramire7 llegaron sin dificultad hasta las goteras {iueblo de Tarapacd del pueblo, que a1 torcer la puntilla que se alza delante de 61 fueron recibidas con una descarga a boca de jarro lanzadaimprovisadamente desde las casas contiguas; que en la confusi6n EuC cortada la escolta del estandarte y muertos sus defensores, v que el regimiento viendo en peligro su glorioso emblema arremeti6 contra el caserio con furia inconf enible. La explicaci6n concuerda con el parte de Echanez que f u t el Jefe de rnayor praduaci6n sobreviviente del Regimiento NO 2, quien dice que en el priricipio del combateC1 fuC con sus dos compafiias a ocupar posiciones -JJ
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“en protecci6n del grueso de la divisi6n que habin tornado la plaza y que rodeada de fuerzas infinitamente superiores del enemigo se hatia desesperadamente”.

No pixedo decir Q U ~ ‘ tropas Deruanas hicieron esas descargas sorpresivas, a quema ropa, sohre 10s desprevenidos soldado5 del 20, pero el; de suponer que fuera la divisi6n...