Bazterrica

Actividad.

Pensemos a Rinconete y Cortadillo en Buenos Aires, un 31 de octubre de 2014. ¿Sus nombres serían los mismos? ¿Cómo estarían vestidos? Y las ocupaciones de sus padres, ¿cuáles podríanser? ¿Seguirían utilizando los naipes como artimaña de engaño? Reescriba el recorte seleccionado logrando una versión a modo siglo XXI, teniendo en cuenta los aspectos mencionados anteriormente. Noolvide incluir diálogos entre los personajes.

Jueves. Cinco y cuarenta y dos de la tarde. Calor. Fin de las jornadas laborales. Línea D. Catedral. Bajando las escaleras, adentrándose ya en el andény, a la espera del próximo subte, en medio de una muchedumbre escandalosa y expectante, se hallaba el Ale. De estatura poco llamativa, ropas que cualquier transeúnte denominaría “de segunda mano”,sostenía en sus brazos un camperón enorme, negro, apretujándolo contra sí. Se encontraba muy transpirado y, hasta podría decirse, ansioso. Pensaba en que estaba harto de robar, pero qué haría si un día supadre llegara del taller y sus manos estuvieran vacías. “Amanezco en la zanja”, pensaba.
Mirando a su alrededor, logrando especular sus próximos movimientos, divisó cerca suyo, no muy lejos delpuesto de revistas (dentro del mismo andén), a un niño, muy chico, de unos cinco o seis años. ¿Por qué le sonaba tanto su cara? “¡Ah! El pendejo de la loca de los chicles, pobre pibito eh”. Lo escaneódetenidamente, por el simple hecho de que lo conocía, y quería alivianar sus nervios pensando en otras cosas, por más irrelevantes que fuesen. Llevaba puesta una remerita rota de color gris, estabadescalzo. De pronto, Ale notó que sus intenciones no eran muy diferentes a las suyas: con gran habilidad lo vio arrebatando de un bolsillo de un hombre que aguardaba la llegada del tren, una gordabilletera, sin error y sin ser visto por nadie. “Claro, con esa altura, quién no eh”-pensó. Pensó y pensó. Pensó, y cuando el pequeño con disimulo pasaba aún más cerca suyo, lo tomó del brazo, impulsado...