Buen Trato

Hacia la no violencia en la Iglesia
“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente,
dando honor a la mujer como a vaso más frágil,
y como a coherederas de la gracia de la vida,
paraque vuestras oraciones no tengan estorbo”. 1ªPedro 3:7

Ciertamente la raíz de todos losmales humanos–teológicamente hablando– es el pecado. Peroeste no es algo abstracto sino que se manifiestaenlo individual y estructural a la vez,desplegando toda su furia y violencia, causando un gran daño físico y espiritual a la vida de laspersonas y negando de esta manera la vida abundante. Los cristianosevangélicos, sin duda, no escapande este flagelo cada vezmayor en el nuestra realidad boliviana.
Este flagelo socialtiene diversos caracterescomo el quebranto de los valores familiaresbásicos, elconsumismo irrestricto, la violencia en extremo, etc. Eso de manera global y en este caso, hablando en nuestro contexto nacional, los flagelos de la violencia sexual , la trata y trafico de persona yespecialmente de menores, y la violencia mas lacerante pero no tomada en cuenta en su cabal dimensión, el abandono.Lo cual nos obliganecesariamente a la iglesia a pensar en estasrealidades que nosapartan del Reino del Diosde la Vida.
Por lo cual debemos plantear una respuesta a la luz de la palabra, y en este sentido diríamos a que a la violencia y el maltrato debemos plantear la no violencia y elbuen trato.
Puesto que en la palabra y en la historia de la iglesia vemos los ejemplos claros de este paradigma.
El buen trato se opone al maltrato y el ejercicio de la violencia en las relaciones,cualquiera sea la naturaleza de esta, la violencia está culturalmente instalada como un modo “legítimo” de relación.
La violencia propia de nuestro medio tiene un efecto contaminante o tóxico parael bienestar emocional de las personas, se trata de una violencia ambiental que adquiere características propias de una epidemia, a cuyo contagio todos estamos expuestos.

Para evitar el efecto...