Cananea

VECINOS DISTANTES
de Alan Riding
por Enrique
Krauze . Distant Neighbors, A Portrait of the Mexicans. Alfred A. Knopf, New York, 1985. 385 pp. (Joaquín Mortiz-Planeta, México, 1985). LOS VOLCANES apagados no son noticia. Durante la Revolución de 1910 a 1917 y en los años veinte, México llamó la atención de un espectro amplio de norteamericanos: banqueros de Wall Street, cineastas de Hollywood,periodistas románticos. Atraídos primero por la violencia y más tarde por las promesas revolucionarias, varios artistas e intelectuales desencantados del proyecto histórico norteamericano, viajaron hacia el sur para contribuir a la construcción de una nueva sociedad. El entusiasmo redentor se disolvió muy pronto. Quedó el folklore. Por los siguientes cincuenta años México se volvió zona deturismo, tema de postales no de noticias. Hacia 1976, la erupción del petróleo atrajo nuevamente los reflectores. En 1982, la erupción de la deuda despertó en el público norteamericano la conciencia de otros signos ominosos: indocumentados, cercanía del conflicto centroamericano, posible inestabilidad política... un volcán en el “traspatio”. Por eso no puede ser más oportuna la publicación de Vecinosdistantes. La necesidad de entender a México, escribe Atan Riding (quien, como se sabe, fue durante varios años corresponsal en México de The New York Times) se ha vuelto una cuestión de “interés propio y seguridad nacional” para Estados Unidos. Con el objeto de traducir una cultura a la otra y “hacer a México más accesible para los no mexicanos”, Riding promete un viaje por la “historia del país, lamente del pueblo y los diversos sectores de la sociedad”, un viaje que “penetrando más allá de la superficie de la crisis, describa las sutilezas internas de una nación antigua, compleja e impredecible”. El propósito es difícil -admite Riding: “México no revela sus secretos de buena gana”. Vecinos distantes, por desgracia, lo confirma. Para retratar no hace falta comprender. Riding no estudiórealmente ni se acercó a la cultura, la historia y la sociedad mexicanas, pero si logró un retrato vivo de la élite política que fue su verdadera fuente e interlocutora. La parte medular de Vecinos distantes es el producto de centenares de conversaciones, confesiones y hasta chismes de sobremesa, mezcla de lo revelador y lo trivial: literatura oral. Un pequeño cambio en el subtítulo hubiese dado unaidea más justa del contenido: “Un retrato de la élite mexicana”. La narración de Riding no toca la historia y estructura de las fuerzas activas en la política mexicana, pero sí refleja aspectos de su funcionamiento y posición actual. En la cúspide está, como siempre, el Presidente. Su poder no es absoluto aunque lo parece. Forma, en efecto, parte de una complicada red de intereses, tradiciones ysupersticiones. Su labor es conciliarlas. Ninguno de los tres últimos presidentes -Díaz Ordaz, Eche-

verría, López Portillo- cumplieron esta misión. El Partido Revolucionario Institucional, pirámide de lealtades ligada al Estado como en los países del Este -pero ajena al dogmatismo ideológico-, sufre, en efecto, un clima de descrédito y una tensión interna entre políticos y tecnócratas. Elretrato de la elite no siempre es fiel: la prensa mexicana es menos dócil de lo que Riding sugiere; la televisión privada no moldea a la opinión pública en un grado extremo, la antigua alianza de los obreros con el gobierno no depende de la vida de Fidel Velázquez aunque sí se ha vuelto inestable. En otros casos el reportaje es más preciso: el sector privado, en efecto, resiente desde 1982 un gravedistanciamiento con el gobierno; la iglesia es una fuerza potencial de división aunque contribuya a la estabilidad; el ejército carece de tradición aristocrática y de presupuesto: es despolitizado y leal. Los villanos del retrato son los intelectuales. Riding no oculta su desdén por esta clase privilegiada que vive en una “relación incestuosa” con el gobierno renunciando a su responsabilidad...