Carlos Vives
A mediados de 1977, cuando murió en Bogotá el científico español Mateo Matamala, fundador del ColegioHispanoamericano Conde Ansúrez, el grupo musical del colegio entonó una triste canción de despedida. Su música era melancólica, pero adentro llevaba un tenue aliento del Caribe que era capaz de desarrugaramarguras o derrotar sinsabores. Fue compuesta por un niño de 16 años que había llegado de Santa Marta, y al que todos conocían porque siempre llevaba adentro esa alegría que solo nace al lado del mar.Aquella primera canción de Carlos Alberto Vives Restrepo obtuvo, además, el primer puesto en el festival de música colombiana del Colegio Iragua. Y fue el pasaporte para que los profesores delcolegio lo contrataran para todo tipo de serenatas y para que lo identificaran como un muchacho al que la música le fluía al mismo tiempo que la sangre por las venas.
Sin embargo, fue otro alumno de sumismo colegio el que le contagió otro virus artístico: el teatro. “Fue el prematuro profesor, productor de teatro, director, guionista, crítico musical y de cine, primer actor, clarinetista y jugadorde frisbee Santiago Moure”, recuerda el propio Carlos Vives. Él y otro estudiante, Lucho Hurtado, lograron que el ingenioso costeño conociera el arte de interpretar personajes y vivir la vida deotros en un escenario.
Así, Vives empezó a encaminar su rumbo hacia el arte. Una vez con su cartón de bachiller, en el año 1981 entra a la Escuela Nacional de Arte Dramático bajo la dirección deSantiago García y Beatriz Camargo haciendo pequeños papeles en el Teatro de La Candelaria. R.T.I. lo escoge para integrar los cursos de capacitación escénica para televisión bajo la dirección del actor y...
Regístrate para leer el documento completo.