Carta a un maestro
El lado oscuro de la luna lo conoces bien. Es el bajo sueldoy, más a fondo, lo que ese sueldo significa: el poco reconocimiento social hacia el maestro. Esto duele; lo percibes todos los días y te acompaña como mala sombra; a veces alguien te ve de arriba aabajo; mucha gente no valora ni lo que estudiaste ni lo que haces. El lado oscuro son también los escasos recursos con que cuentas para realizar tu tarea y la poca atención que les mereces a lasautoridades. Fuera del libro de texto y el gis, casi no cuentas con nada; estás librado a tu imaginación.
Hay, además, corrupción en el medio magisterial; reglas del juego poco edificantes que tienesque aceptar; a veces manipulación, abusos y un doble lenguaje que molesta. Hay también –aunque no es privativo de tu profesión- rivalidades, murmuraciones, envidias y zancadillas de algunos compañeros.Entre todo esto hay que caminar, como equilibrista sobre la cuerda floja.
Júntale a todo lo anterior la pobreza de los alumnos que les dificulta tanto aprender; la testarudez, indisciplina yrebeldía de algunos muchachos en el aula; la ignorancia, a veces, de los padres de familia que no saben estimularlos ni corregirlos, y la maledicencia, que nunca falta, en la comunidad. Para ganarte laatención de los chicos tienes que competir con la "tele", los videos y los cantantes de moda, en batallas que están perdidas de antemano; y, como colofón, se te culpa no solo de que los alumnos no...
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