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Catulo Poemas 1-60
Versos del señor Benvenuto Campesani de Vicenza
acerca de la resurrección de Catulo, el poeta veronés
A mi patria vengo desde lejanas fronteras exiliado:
la causa de mi regreso un compatriota fue,
a saber, al que de los cálamos le atribuyó Francia su nombre,
y el que señala a la gente que pasa de largo el camino.
Con el talento que sea, a vuestro Catulocelebrad,
cuyo papiro encerrado bajo un modio estaba.
1
¿A quién dono este agradable, nuevo librito
con árida pómez recién pulido?
Cornelio, a ti, pues tú solías
creer que son algo mis tonterías,
ya entonces cuando osaste, único de los ítalos,
el tiempo explicar en tres pliegos,
doctos, Júpiter, y laboriosos.
Por ello ten para ti este librito, sea cual sea
y como sea; el cual, patrona Virgen,
másdure, perenne, de un siglo.
2
Pajarito, delicias de mi niña,
con el que jugar, que en el seno tener,
al que la yema del dedo dar, que la apetece,
y suele incitar a acres mordiscos,
cuando por la nostalgia mía esforzada,
a un amado no sé qué gusta de jugar,
y consuelito de su dolor,
creo que para que entonces su grave ardor se aquiete:
contigo jugar, como tú misma, pudiera yo,
y los tristes cuidados demi ánimo aliviar.
Tan grato es para mí como cuentan que para la niña
esforzada su dorada manzana fue,
la que su ceñidor soltó, largo tiempo atado.
3
Plañid, oh las Venus y los Deseos,
y cuanto hay de personas más seductoras:
el pajarito muerto se ha, de mi chica,
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Catulo Poemas 1-60
el pajarito, delicias de mi chica,
al que más ella que a los ojos suyos amaba,
pues meloso era y a la suyaconocía
misma tan bien como la chica a su madre
y no él del regazo de ella se movía
sino alrededor saltando, ora acá, ora allá,
a su sola dueña sin cesar pipiaba:
el que ahora camina por un camino tenebregoso
allá, de donde niegan que vuelva nadie.
Mas a vosotros mal haya, malas tinieblas
del Orco, que todas las cosas bonitas devoráis:
tan bonito pajarito a mí me quitasteis,
oh, hecho mal, oh,pobrecito pajarito:
por tu obra ahora los de mi chica,
de llorar, hinchaditos rojecen, sus ojillos.
4
La goleta aquella que veis, huéspedes,
dice que fue de las naves la más rápida
y que, de ningún nadador madero el ímpetu,
no podía preterirla, tanto si con palas
menester fuera volar, o si con lienzo.
Y esto niega que el litoral niegue
del amenazador Adriático, o las islas Cíclades
y Rodas la noble, y lahórrida tracia
Propóntide, o el bravo póntico Golfo,
donde ésta, después goleta, antes fue
peinada espesura, pues en la citoria cima
con su habladora melena a menudo su silbido emitió.
Oh, Amastris póntica, y Citoro de los bojedales,
para ti esto fue y es conocidísimo,
dice la goleta: desde su último origen
que estuvo, dice, en la cumbre tuya,
que imbuyó sus palas en la superficie tuya,
y que deahí, a través de tantos impotentes estrechos,
a su amo llevó, izquierda o derecha
llamara el aura, o si Júpiter a la vez,
favorable, incidiera sobre uno y otro pie,
y que ningunos votos a los litorales dioses
por ella fueron hechos, aunque llegara desde un mar
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Catulo Poemas 1-60
novísimo a este hasta el fin límpido lago.
Pero estas cosas anteriormente fueron: ahora en recóndita
quietud vejecey, ella, se dedica a ti,
gemelo Cástor y gemelo de Cástor.
5
Vivamos, mi Lesbia, y amemos,
y los rumores de los viejos más severos
todos en un as estimemos.
Los soles morir y volver pueden:
a nosotros, cuando una vez se nos muere nuestra breve luz,
noche hay perpetua, una, para dormirla.
Dame besos mil, después ciento,
después mil otros, después un segundo ciento,
después sin cesar otros mil,después ciento,
después, cuando miles muchos hiciéramos,
los conturbaremos, para que no sepamos,
o para que ningún malvado envidiarlos pueda
cuando tantos sepa que son, de besos.
6
Flavio, las delicias tuyas a Catulo,
si no es que sean desagradables e inelegantes,
querrías decir y callarlas no podrías.
Pero no sé a qué suerte de febriculosa
ramera aprecias: esto te avergüenza confesar.
Pues que tú...
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