Ciceron

Alumno: Juan Valle Quispe

Código: 2008019225

La adjudicación del orador ideal en El Orador de Marco Tulio Cicerón

Introducción

En el texto El orador podemos ver la muestra del autor por exponer hasta el detalle la exposición y “búsqueda” de un orador ideal el cual cumple ciertos e indispensables requisitos. Pero en la elaboración de este discurso, puede rastrearse una sutilintención del autor por ser reconocido en sus postulados. A continuación se tratará de demostrar este argumento.

Desarrollo del ensayo

Al principio del texto de Cicerón, éste se plantea desarrollar la respuesta a su interlocutor, Bruto, sobre qué tipo de oratoria apruebo y cuál me parece a mí que es el tipo que nada se puede añadir y al que yo considero el más elevado y perfecto[1]; hasta aquípuede apreciarse solo el afán de una mera exposición de argumentos. Pero a la par del desarrollo, en la muestra y descarte de ejemplos de estilos de orador llevará sutilmente la explicación hacia sí mismo.

Al sustentar el orador ideal, Cicerón remite el concepto platónico de idea, dice pues que no se engendra […] existen desde siempre y están contenidas en nuestra razón y en nuestra inteligencia.Luego mantendrá la misma línea al hablar del ideal aplicado a la retórica de la misma manera que en las formas y en las figuras hay algo perfecto y extraordinario, a cuya imagen, ideal, remite, mediante la imitación, todo aquello que no entra en el dominio de la vista, así también contemplamos en nuestro espíritu el ideal y buscamos con nuestros oídos la imagen de la perfecta elocuencia[2]. Yaestá entonces planteada la línea que tomará Cicerón dentro de lo que continúa en su evaluación del orador ideal.

Luego en el apartado de la descripción del orador perfecto, Cicerón desarrollará los estilos oratorios: el sublime, el moderado y el tenue, los que luego empezará por proponer el uso de los tres no sin antes exclamar ¡ojalá pudiéramos encontrar entre los latinos un orador así! Seríaestupendo no tener que buscar ejemplos en el exterior y contentarnos con lo de casa[3]. Luego de esto empieza mencionando el ejemplo hasta el momento más representativo como es Demóstenes del cual afirma no ha habido otro ni más vigoroso, ni más agudo, ni más moderado[4]

Después de esto, el autor continúa mencionando las características del orador ideal. Éste, para el autor, se hace másevidente en el acto de elocución. Para esto explica el proceso que le antecede al que corresponden la invención (el uso apropiado de “lugares” definidos, utilizándolos apropiadamente) y la disposición (orden de ideas). En el acto de elocución se preocupa por el cómo se dicen las cosas. A la vez cada uno de estos elementos puede lograrse en mayor o en menor grado por lo que existirían tantos tipos deoradores como tipos de estilo dicho que existen5

Luego comenzaría a estructura la propuesta del empleo del decorum con lo que el orador debe intentar ser preciso a la hora de probar; mediano, a la hora de deleitar; vehemente, a la hora de convencer […] deberá, en efecto, discernir qué conviene en cada caso y así podrá hablar en cada caso según la causa […] capaz de decir las cosas con sencillascon sencillez, las cosas elevadas con fuerza, y las cosas intermedias con tono medio6

Es desde ese momento que el autor iniciará su atribución a los postulados que erige en el apartado de los Ejemplos de oradores, empezando ahora por el descarte de autores a los que cree no han podido alcanzar del todo el decorum, su primera excusa está en la rigurosidad, hasta tal punto soy exigente yquisiquilloso que ni siquiera Demóstenes me satisface; el cual, aunque sobresale por encima de todos en todos los estilos oratorios, sin embargo no siempre llena mis oídos; ¡hasta tal punto mis oídos son exigentes e insaciables y echan de menos con frecuencia lo inmenso e infinito!7[i] […] los oídos de nuestros ciudadanos están ayunos de esta oratoria multiforme e igualmente repartida entre todos...