Como las grandes estrellas
-No, es mía y le he dado el nombre de mi hijo.
-¡Ah! ¿Es de usted?
-Nadie conoce este lugar más que los tres; la casualidad nos trajo a esta tierra hace catorce años, de igualmodo que a usted hace cuatro días. Me era grato nuestro aislamiento, pero ya que está aquí y que Víctor se interesa por usted, viva, pero ojalá no tengamos nunca que arrepentirnos, usted de haberllegado, ni de haberle recibido yo.
Salvada mi existencia, gracias a la intercesión del mancebo, fui curado por su padre, pero no me dieron un asilo en su morada. Esta estaba en las rocas, formada porgrutas naturales, en las que no me permitieron entrar.
La más dulce amistad nos unió en breve; el viejo era un sabio, el niño una criatura encantadora, buena y sencilla, a la que no se podía menos deamar.
El primero me refirió su historia. Ya anciano, se había casado con una bella joven que pagó sus beneficios, pues la había sacado de la miseria, con la más negra ingratitud. Un día huyó de suhogar, dejándole un hijo de pocos meses, triste fruto de aquella unión.
Vivió él desesperado, anhelando vengarse de aquella infame mujer. Supo que iba a partir para América y tomó la resolución deseguirla en el mismo buque. Este naufragó, después de extraviarse, como el Juan-Antonio, y como este quedó sin capitán, sin tripulación y sin pasajeros. El padre de Víctor sabía nadar muy bien; cogió a suhijo, lo sujetó como pudo a su cuello y se arrojó a una balsa rechazando duramente a su mujer que quería seguirle o imploraba su perdón. Fueron juguete de las olas mucho tiempo, y ya de noche, sinsaber dónde estaban, la balsa se estrelló contra las peñas, arrojando al agua al padre y al niño. Después de inauditos esfuerzos llegaron a la isla, de la que no pudieron salir más. Como era hombre...
Regístrate para leer el documento completo.