Concentraci n de sal en el mar
La concentración de sal en los océanos no es constante sino que varía
mucho de unos mares a otros. Por término medio, un litro de agua marina
contiene entre 33 y 39 gramos de sal. El agua dulce procedente de los
ríos, glaciares y precipitaciones disminuye la salinidad oceánica. La
evaporación la hace aumentar. La concentración de sal tiende a homogeneizarse porque los océanos están conectados entre sí. La
concentración puede mostrar diferencias verticales y regionales. Las
primeras se producen por el encuentro de masas acuosas, como sucede
en el Atlántico norte: las corrientes saladas del Golfo confluyen con las del mar del Labrador.
Un ejemplo de una variación regional la encontramos en la zona oriental del Mediterráneo. Debido a que llueve poco y se produce una gran evaporación, el agua es ligeramente más
salada. Mayor salinidad presenta el mar Rojo, entre tierras desérticas, donde desde el estrecho
de BabelMandeb, la sal aumenta hasta llegar al máximo en el fondo del golfo de
Suez
. Entre
los océanos, el Atlántico presenta el grado más intenso de salinidad. Llega a 37 gramos por litro en las zonas topicales. El Pacífico es el que más se aproxima a la salinidad media. Las
costas con baja salinidad debido al aporte de grandes ríos son el golfo de Guinea, donde
desembocan el Zaire y el Níger, El Amazonas y el Plata en América del sur; y el Ganges y el
Brahmaputra en el golfo de Bengala.
Origen de los océanos:
Una vez que la atmósfera terrestre se saturó de vapor de agua, éste comenzó a condensarse, cayendo sobre la superficie cálida y creando las primeras charcas y lagos. Estas primeras
masas de agua no eran estables. Al menos durante los primeros 600 ó 700 millones de años, el
calor desprendido por el impacto de los cometas y asteroides habría vaporizado parte del agua.
Los océanos se originaron probablemente pocos millones de años después del nacimiento del planeta. Hace 4.000 millones de años la superficie oceánica soportaba una presión atmosférica
equivalente a la que se alcanza hoy a 400 metros bajo el nivel del mar.
Vida en el mar Muerto:
Es en realidad un lago situado entre Jordania e Israel, con una salinidad casi un 25 por ciento
mayor que la de los océanos. Contiene cloruros de magnesio, sodio, calcio, potasio, bromuros, sulfatos y carbonatos. Unicamente sobreviven en su interior microorgaismos halófilos: un
protozoo ciliado, algunas algas y un grupo de bacterias de los géneros Flavobacterium,
Halococcus y Halobacterium. El Halobacterium acumula gran cantidad de cloruro potásico en
su interior. Para evitar deshidratarse debido a la alta concentración salina exterior, los halófilos
producen grandes cantidades de un compuesto interno o retienen uno extraído del medio. Focas, delfines, manatíes y ballenas beben ocasionalmente agua de mar con una frecuencia
desconocida. En los alimentos, como subproducto del metabolismo de grasas e hidratos de
carbono, obtienen agua. Su contenido de sal en sangre, semejante a la de los mamíferos
terrestres, es tres veces menor que en el agua de mar. Su riñón está adaptado para recoger gran cantidad de sal. La orina de los leones marinos es 2,5 veces más salada que el agua de
mar.
Talasoterapia:
Aprovecha los beneficios para el organismo del agua del mar, el
plancton
y las
algas
, por los oligoelementos y las sales minerales que
aportan. Especialmente cultivada en Francia. Hay termas troglodíticas y
templos construidos hace 3000 años para aliviar dolencias. El
termalismo está viviendo un nuevo auge. Los viejos balnearios han sido remozados o convertidos en instalaciones modernas donde vuelven a
tomar las aguas reumáticos, ejecutivos estresados, o personas con traumatismos o problemas
respiratorios. A la bonanza del clima, el ambiente relajado y la alimentación adecuada, se
suman los específicos tratamientos de la talasoterapia que en España también han hecho su ...
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