costumbres de la nueva España

En las fiestas religiosas tomaban participación, con los dignatarios de la iglesia, el Virrey, los oidores y funcionarios de todas las categorías. El corpus, lasemana santa, la navidad, eran motivos para que el pueblo se regocijara. Las procesiones eran solemnes. Cierto paganismo envolvía estas festividades de un pueblocrédulo y supersticioso.
La colonia vivía de sucesos como toda ciudad adinerada y amante del placer y del boato. Los bailes de moda eran: el fandango, el minueto, elvals, o el bolero.
El bautismo de un hijo de casa grande daba motivo para una fiesta. La venida del galeón de china gastaba los ahorros de aquella sociedad encompras de sedas, perlas, perfumes y multitud de artículos.
Las calles de la ciudad de México estaban sucias y sin adornos, hasta el gobierno del segundo Conde deRevillagigedo; la plaza era un mercado inmundo; la horca se levantaba amenazadora; la Catedral estaba a medio terminar; el palacio se había convertido en café, fonda,billar y dormitorio público; por las calles sin empedrar corría el agua pútrida, sin luces que alumbraran, y algunas de ellas convertidas en establos y zahúrdas delos cerdos. Al alba, la campana del templo vecino llamaba a misa o a desayunarse con el espumoso chocolate y sabrosos bizcochos; se comía a las doce o a la una,arroz con pollo, o el puchero y otros platillos de la cocina mexicana; se dormía la siesta para merendar más tarde; se iba de paseo en coche de sopandas y se acostabala gente a la hora de queda…
Las visitas que los Virreyes hacían a los conventos de monjas y frailes eran causa para otros tantos banquetes o fiestas. También