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AVENTURAS DE CHAN

El pequeño Chan era hijo del padre Chan y nieto del abuelo Chan. Vivía en la aldea de Cha-Pi un hermoso lugar arbolado donde habitaban pájaros de todos los colores.
Esa aldea estaba situada junto al río Chan-po, un río muy ancho de aguas tan claras que permitían ver las piedritas del fondo.
Chan tenía por costumbre zambullirse todos los días antes de ocultarse el sol,bucear hasta el fondo y recoger una piedrita por vez la cual llevaba a su casa.
Sin darse cuenta y dado el tiempo transcurrido desde que comenzó a hacerlo, su montañita de piedras había crecido mucho. Cuando el sol llegaba hasta el medio del cielo y la acariciaba con sus rayos las piedras le respondían con guiños rojos, verdes, azules y naranjas.
Una tarde Chan se zambulló en el río Chan-popero no encontró ninguna piedra. Mientras le duró el aire en sus pulmones siguió buscando pero no encontró nada. Casi ahogado subió a la superficie muy desconcertado y se sentó sobre la arena a pensar dejando que las aguas del río mojaran sus pies.
Estaba tan preocupado que no se dio cuenta que Chan-bel, el pequeño pez dorado estaba nadando en círculos alrededor de sus piernas.
- ¡Chan! – le dijodespués de un rato. - ¿Qué te pasa?
- Estoy desconcertado, Chan-bel, - respondió Chan después de un sobresalto, - no encontré piedritas en el fondo del río.
- Me parece que el monstruo de pelo largo se las llevó todas anoche.
- Si, si, yo lo vi – gritó Chan-fu con su vocecita aflautada asomando sólo su boquita.
- ¿Un monstruo de pelo largo?- exclamó Chan abriendo grandes los ojos. - ¿Y adonde se las llevó?
- No sé- explicó Chan-bel. – Yo me asusté tanto que quedé paralizado; sólo sé que era grande y el pelo le tapaba casi todo el cuerpo. Tenía pies de cola gigante y ser movía muy rápido dentro del agua.
Chan-bel movía sus aletas con rapidez y las extendía todo lo largo que podía para que Chan pudiera imaginar al monstruo.
- ¿Saben hacia donde se dirigió? – preguntó Chan cada vezmás intrigado.
- Creo que hacia allá – gritó Chan-fu señalando con su cola el rumbo norte.
- Voy a ver si encuentro su guarida – afirmó decidido Chan y se lanzó al agua sin escuchar los ¡No! desaforados de sus amigos.
Chan nadó un rato y se sumergió hasta el fondo. Al no encontrar nada volvió a la superficie en busca de aire. Repitió esto muchas veces alejándose cada vez más de la costa, perono halló nada, ni siquiera un rastro.
Cuando se dio cuenta de la distancia que tenía que nadar para volver se inquietó.
- ¿Qué haré ahora? – se preguntó. - ¡Estoy tan cansado!
Entonces Chan-su, el gran pez de las profundidades , vino en su auxilio.
- Recuéstate sobre mi lomo, yo te llevaré, - dijo.
- Muchas gracias, Chan-su, has sido muy oportuno al aparecer – sonrió aliviado Chan. Secolocó de espaldas sobre su amigo y este lo condujo a la orilla.
- ¿Qué sabes sobre el monstruo de pelo largo? – le preguntó cuando llegaron.
- Lo vi sólo un instante; no parece malo, al contrario, yo diría que irradia dulzura. No te puedo dar más detalles porque era de noche y no veo muy bien a esa hora; sólo siento y mi sentir fue ese.
Chan-su se fue y Chan se tendió sobre la arena, cara el cielo,muy preocupado por todo lo que había sucedido.
Se ponía el sol sobre el oeste cuando Chan regresó a su casa. Fue a mirar su montañita de piedras y notó que faltaban algunas. ¡Era el colmo! El monstruo no solo se llevaba las del fondo del río sino también las suyas.
En su cabeza comenzaron a surgir un montón de ideas para atrapar a ese monstruo pero todas parecían imposibles de realizar. Despuésde cenar su madre le dio las buenas noches y lo mandó a dormir pero Chan seguía pensando en el monstruo y se decidió. Vigilaría toda la noche escondido en el jardín.
Salió sin hacer ruido por la ventana y se sentó detrás de un arbusto muy grande cerca de la montañita de piedras. El tiempo pasaba muy despacio, las estrellas se iban corriendo por el cielo y no ocurría nada. A Chan le dio sueño...