Creencia: atrofia y reconfiguración

Creencia: atrofia y reconfiguración

Sucede que de un tiempo acá el fenómeno de la creencia cambia dramáticamente su anatomía debido al progresivo protagonismo, tanto en la vida aparente comointerna, de los principios surgidos en la praxis social, especialmente aquellos derivados de la democratización de cierta parte del conocimiento científico y los modos de organización social.Puntualmente, el advenimiento de tales principios ha fracturado en las personas el fenómeno de creer, lo que en un futuro cercano obligará a los doctos a una actualización en la definición del concepto.Insuflada de misticismo y misterio en sus inicios, días primeros de la organización social, la creencia se derramaba solemne desde una fuente metafísica, articulando las novatas relaciones humanas y confusasnociones acerca de la realidad. El concepto clásico, mínimo común, de creencia se caracterizaba, y ahí radicaba su fuerza, por proveer tres cosas al ser humano:
* Respuesta a cuestiones“límite”, tales como si hay existencia antes de lo que llamamos vida o el destino de la consciencia al morir el cuerpo, preguntas todas encaminadas al fin último de adquirir un sentido para la vida, unajustificación trascendental para cierto modo de llevarla.
* Conocimiento acerca de la realidad estructural y su funcionamiento, esto característicamente en términos abstractos y nouménicos y con un aura deabsolutismo destinado a justificar autoridad y esquemas sociales.
* Referentes para el comportamiento en general, siempre en términos ético-morales.
Tales provisiones, y sus correspondientesnecesidades a satisfacer, conforman un bloque central en la configuración del hombre de primeros y medianos días de civilización, una configuración teórico-práctica donde saber, religiosidad y normativase mezclan promiscuamente, y que tal vez desde hace apenas 200 años empieza a recibir una cantidad considerable de otras influencias. Dicha vinculación era íntima a tal punto en aquel hombre,...