Cronica de una ciudad

CIUDAD COLECTIVA

Terminaban de caer los últimos rayos de sol de la mañana y se adentraban con gran intensidad los de la tarde, iluminando lugares que a pesar de esa clara luminosidad aún mantenían una sombra de misterio y de tensa calma, en donde tantos caminos se cruzan, y nadie parece darse por entendido ni preocupado de lo que acontece a su alrededor. Allí me encontraba, de pie en medio dedelgadas torres que con gran majestuosidad se elevaban hacia ese azul y despejado cielo de abril; a mis espaldas, un rio bullicioso de grandes y coloridas bestias de metal y aluminio que también seguían su curso indiferentes de lo que en esta orilla acontecía, frente a mí, el comienzo de un recorrido que prometía deslumbrarme y abstraerme de la rutinaria cotidianidad que había tenido esa mismamañana. Carabobo, nombre particular y quizás sonoro para personas ajenas a estas tierras, era lo que me encontraba atravesando. Multitudes de sonidos, colores y olores acompañan el paso por este lugar, que gira entorno al comercio, y en donde el comercio se impregna por todos los sentidos, así infructíferamente trate de ignorarse. “Todo a 10.000, todo a 10.000, pase mire sin compromiso”, pregonaba unhombre de mediana edad, elegantemente vestido de negro y con un micrófono en su mano derecha, de una barba poblada quizás de varios días y que se veía indiferente ante el agobiante sol que azotaba el centro de la ciudad, tal vez acostumbrado ya a trabajar bajo condiciones extremas y no inmutarse, pues como un roble, sin signos de cansancio ni fatiga, pregono e invito alegremente a la gente quejunto a mi pasaba por su sector.

Continúe mi trasegar, no sin antes hidratarme un poco con un botella de agua, adquirida durante el camino, que lleno rápidamente mis expectativas; afortunadamente, el astro rey descanso un poco de su labor y se acompaño en su jornada de nubes grises que mitigaron un poco su efecto refrescaron mi recorrido. Ahora me tope de frente con una gran estructura blanca,colonial, de la cual salían algunas mujeres ancianas dialogando entre sí, algo encorvadas, de largo cabello blanco, que vestían largas faldas grises, con rosarios y agarrando firmemente sus bolsos, pues el rio humano con el que se iban a encontrar y en el cual yo ya me encontraba sumergido hace algún rato invitaba a ser precavido con las pertenencias. Indistinguiblemente me encontraba frente laiglesia de La Veracruz. Me detuve por un momento en uno de sus frentes, quería empaparme de sus alrededores e identificar bien a las personas que asistían que visitaban este lugar, pues afortunadamente, creo que llegue justo al terminar la misa de medio día. El comercio seguía siendo la constante que me acompaña, puestos de frutas, restaurantes, panaderías; una gran oferta encontraban los devotos alsalir lentamente del recinto blanco. Espere que los fieles terminaran de abandonar la iglesia y pude observar un tipo de personajes muy diferentes a las longevas mujeres que encontré inicialmente y que vestían largas faldas grises. Se trataban de tres o cuatro mujeres, que persistían en el atrio de la iglesia, y que no evidenciaban tanta premura por perderse en medio de los ríos de calles y gentesque se encuentran en el centro. Estas mujeres, algunas muy jóvenes, otras no tanto, inclinaban todo el peso de su cuerpo sobre el cercamiento de adoquines que rodean el atrio de la iglesia. A diferencia de las ancianas vigilantes y precavidas que me tope al inicio, ellas si bien vestían también faldas, eran mucho más cortas, tenían pintura roja que desbordaba sus labios, y parecían más habituadasa la situación en las entrañas del centro. Durante un momento de distracción, tal vez me encontraba centrado en otros detalles de la calle y los alrededores, un hombre de gran bigote negro se acerco a una de las mujeres, vestía jean y una camisa blanca regularmente metida por dentro del pantalón, pues dejaba ver unos extremos salidos que le daban en general un aspecto descuidado a su...