Cuando la escuela no es suficiente

Por: Camilo Bejarano

La escuela es un designio revolucionario: eclipsa las fronteras que erigen entre hombres y mujeres las creencias, usos, costumbres, religiones y rompe aquel confinamiento queno renueva y conserva en nosotros lo mejor de lo humano; nos invita a aguzar la sensibilidad y a despertar el espíritu crítico; a comprender la sucesión de acontecimientos de todo tipo, de relativismosmorales y éticos, de desarrollos científicos y tecnológicos, de transformaciones antropológicas, de situaciones sociales y políticas. A despejar las incógnitas que las ciencias formales, causales nospresentan; de interrogar la humanización de los medios tecnológicos, de abrir la mente, corregirla, refinarla, y hacer posible la relación entre fe y ciencia, biología y cultura, mente y cuerpo,razón y sensibilidad; Finalmente, a pesar de sus cuadriculados modelos, a pensar en contexto y a vivir con y para el otro en un dinamismo solidario, afectivo y cooperativo.

Maestros para hablar de paznecesito hablar de escuela. Mi pretensión es modesta y quisiera entenderla como un espacio para el desarrollo de la virtud, pero el sentido de los valores y de la grandeza de la relación de laspersonas, no se logran en sí misma. Esto es sobre, cómo hay que enseñar en un escenario de paz que el mejor aprendizaje de nuestro propio valor, del amor relacional, próximo y prójimo, de la búsqueda deespacios de sentido que no se agotan, de nuestra propia dignidad, es lo primero. Sin embargo, la escuela no es suficiente cuando se justifica que la primera forma de enseñanza es el ejemplo.

He aquí misconsejos, que no pueden ser más simples: enseñemos a los aprendices a escuchar a todos, pero a la hora de la verdad, a tener la facultad de decidir deliberadamente en el reconocimiento de sí mismos ydel otro; a vivir en función de prioridades, hábitos, juicios y virtudes; a motivarlos a reír cuando estén tristes; a transmitirles una fe por lo sublime y fe también en la estima y el respeto de...