Cuento 1

La ciudad despertó ese día con el ego inflado. Un maravilloso cielo azul me encegueció al abrir los ojos; desorientado, en el trance de la duermevela, logré poner los pies descalzos en el piso. Estaes mi manera de decirle al cerebro que estoy pisando tierra. Después de una noche de locura realmente me era muy difícil enfocarme en el mundo real.
Ya en el baño escuché a lo lejos el canto de unpájaro, sumido en un silencio anormal pensé “¿dónde demonios estoy?” y una voz ajena a mí respondió “en el bosque, en el bosque hay pájaros”. El sonido de la voz retumbó en las paredes del baño pero alvoltearme e inevitablemente preguntar “¿Quién está ahí?” me encontré hablando solo. A veces me pasa, cuando aún no abandono lo onírico e incluso empiezo a preguntarme si estoy soñando. Me lavé lacara, convenciéndome de mi cordura, intentado recordar qué hice en la noche para despertar tan desubicado.
Como flashbacks venían a mí las palabras del maestro V en la reunión de la noche anterior:crear, crear, crear con las manos, con los pies, con todo. De pronto todo el discurso se me hizo difuso, incoherente. Caminé hasta la cocina sintiendo el peso del mundo en los hombros, anhelando lahorizontalidad, deseando hacer un café lo suficientemente cargado para recordarlo (o quizás olvidarlo) todo.
Abrí la nevera en busca de leche, al cerrarla intuí la presencia de alguien más en lahabitación. Me di la vuelta, al ver un joven alto, delgado, la leche se me cayó de las manos. No me dijo nada. Recuerdo que me quedé pasmado. El joven empezó a cantar, de su voz salía el canto de la alondra, eloírlo me trasmitió mucho. Durante lo que pareció una eternidad me quedé allí, inamovible, con la leche goteándome y el piso empapado. El joven era azul y por alguna razón esa tonalidad era lo quemenos me asustaba.
Recobré la conciencia de repente. Me encontraba en el baño, tirado en el suelo. No sé cuánto tiempo estuve allí ni por qué me había desmayado. Afuera una bandada de guacamayas...