Cuento De Tambores

Hace muuuy mucho tiempo, cuando los humanos vivían en tribus en pequeños poblados, hubo un emperador que prohibió la música.

Hace más de un siglo que nadie cantaba ni bailaba en ningún pueblo de todo el continente. Desde que el emperador lo había prohibido y bailar alrededor del fuego, no podía mandar ni controlar como el quería. El pensaba que con la música todos se volvían iguales y nohabía lugar para que nadie mande, porque la música era algo que podían hacer todos.
Había mandado a quemar todos toditos los instrumentos. El emperador también mandó a capturar a todos los pájaros de cien kilómetros a la redonda. Los encerró en una jaula y los puso en un barco, para que se queden en el otro lado del mundo.

Los niños se silenciaron y las mujeres lloraron y le contaron a la lunasus lamentos, en secreto. Los hombres se endurecieron, y se pusieron al hombro defenderse de la nueva situación: mejor guardar silencio, y seguir con vida.

El emperador quería controlar todo lo que pasara en sus tierras, y él y sólo el, era el ÚNICO que podía cantar, mejor dicho, silbar. Cuando el emperador viejo murió, su hijo mayor, el joven emperador se había olvidado de cómo cantar, ya quenunca había escuchado cantar a su padre, quien sólo silbaba. Él era un gran silbador, pero silbaba despacito, porque los guardias que lo protegían siempre lo miraban como si estuviera loco, cada vez que lo intentaba.

Las mujeres más viejas de la tribu conservaban el recuerdo de sus melodías. Ellas para no olvidarlas, las habían tejido en sus vestidos, y las llevaban puestas silenciosamente,pero con el dolor de no poder cantarlas. Las noches de luna llena se juntaban a tejer, en el silencio de los telares y con las agujas golpeteaban muy despacito los ovillos y el borde de la mesa, tratando de recordar. Al ratito nomás cortaban, porque se emocionaban y subían el volumen y tenían miedo de que los guardias las escuchen. El silencio se fue adueñando del lugar, y hasta la gente hablaba envoz baja y con tono triste.
Nadie bailaba, tocaba o cantaba.
Una noche de luna llena, la luna se puso más grande de lo normal. Estaba enorme, y de tanto que iluminaba, la noche parecía día. Todos salieron a observarla, pero en silencio. Había una tensión en el ambiente, siempre, ancestralmente, sus abuelos de sus abuelos de sus abuelos habían cantado y bailado a la luz de la luna. Nadie dijonada, solo los grillitos se escuchaban, que estaban como locos.
Lucila tenía 11 años y nunca pero nunca había visto la luna tan grande. Estaba emocionadísima. Corría de un lado para el otro en el jardín sin entender el tamaño de semejante cosa redonda y blanda. Hasta por un momento pensó que se podía caer del cielo. Sin darse cuenta, Lucila corrió y corrió. Jugando y jugando había empezado aperseguir la luna. De a poco se alejó del poblado y llegó a las grandes llanuras africanas.
El espectáculo de la luna ahí era enorme, y Lucila empezó a sentirse extraña. Escuchaba un sonido del cual no se había percatado nunca en su vida. Lo sentía adentro de su cuerpo y casi inconscientemente se llevó la mano al pecho. Sintió unos golpecitos. El corazón le latía muy fuerte de la emoción y de lacorrida fuera del pueblo. Escuchó los latidos de su corazón con mucha claridad, entre el silencio del pueblo. El sonido le gustó. Se sintió feliz, escuchaba música por primera vez. Empezó a aplaudir imitando el sonido que salía de su cuerpo y de repente alguien le respondió. Se asustó, y cuando se dio vuelta era Pedrito, el vecinito que la había perseguido sin que se de cuenta.
No dijeron nada, ysiguieron jugando aplaudiendo el ritmo. De repente sus cuerpos empezaron a moverse al ritmo de ese ritmo con el que jugaban acelerando desacelerándolo y jugando a contestarse con los grillitos que agitaban sus alas cantando melodías.
De repente aparecieron más aplausos y risas: cerca de diez niños se habían acercado al lugar, los unos siguiendo a los otros y miraban maravillados como jugaban...