Cuento Publicitario

INSUFRIBLE ESPEJISMO EFÍMERO
Ve me aquí parado en medio de mi cuarto, perplejo y lleno de incertidumbre, lamentándome y maldiciendo al mismo tiempo acerca del porqué de mis pesares. Han de creer que por lo que digo, hago parte de aquellos insufribles que se dedican a maldecir cada rasgo de su insignificante vida.
¡Pues que creen! Así es, es decir, de algún modo lo soy, pero con una levediferencia puesto que esa parte de mi, quiero insaciablemente dejarla atrás. Pero cada vez que lo intento no logro diferenciar entre lo que tal vez mas adelante será mi vida y lo que es realmente ahora. Y entonces me doy cuenta de que, tal vez sea porque a mis 45 años de vida, no e hecho o experimentado nada interesante, nada emocionante, nada que pueda en una situación más adelante contar. La verdad esque por ello me considero un hombre simple, uno más simple de lo normal. Por eso creo que es lamentable el solo hecho de pensar en ello.
Lo cierto es que cada día, abro mis ojos a la misma hora, exactamente a las 4:30 A.M y por lo que veo como hoy, no es la excepción. Me despierto e inmediatamente miro fijamente hacia al techo, al techo de aquel cuarto en el que vivo. Y como todos los días,sigue igual de grisáceo y húmedo. A decir verdad, parece como si la pintura ya no quisiera hacer más parte de él, puesto que hay veces que siento que pedazos de ella caen sobre mí, ha de ser así. Lo raro es que lo miro detenidamente por mas de 5 minutos, e inalcanzablemente mi mirada se funde como esperando a que se me diga que debo hacer después, luego recuerdo que ya es hora de levantarme.Entonces lo hago, y voy directamente al baño; pero estando allí en medio de él, me doy cuenta de que la suciedad se va acumulando, ya no recuerdo la última vez que lo lave. Tal vez porque el vivir en medio de la basura se volvió la costumbre; el olor es peor aún, no podría ni siquiera describirlo, por lo que a veces pienso que debería hacer algo al respecto, pero luego ya me deja de importar, comomuchas otras cosas más.
Entonces me acerco lentamente hacia el lavamanos, en donde evidentemente el polvo cada día mas lo consume, ya a perdido su ilustre brillo, dejo de ser blanco como la nieve y tan puro como la leche; y allí por encima de él, yo rápidamente creo verme en el espejo, pero lo encuentro roto, quebrado en mil pedazos los cuales inexplicablemente siguen sosteniéndose en lapared. Abro la canilla del agua, y parece como si se forzase a salir, sucia al principio, pero con el tiempo limpia termina siendo, así que la dejo correr entre mis manos para luego gentilmente llevarla hasta mi rostro y mientras tanto, así fría, gracias a ella vuelvo en mí. Por lo que me dirijo nuevamente a la habitación, en donde el silencio es eterno hasta el punto de aturdirme, es decir, por lomenos en el baño, el ruido de las tuberías me hacía compañía, pero estando acá siento que me confunde, y entonces pienso- es muy temprano aún. Así que enciendo el televisor, mi fiel televisor, el cual e tenido por más de 10 años, el único que a estado siempre a mi lado, como mi compañero y aliado. Por ello no puedo evitar al mirarlo, tener que recordar cuando lo conseguí.
Es cierto, lo recuerdomuy claramente, me encontraba de compras, estaba en el supermercado, aquel que quedaba junto al edificio en el cual se puede decir, en ese tiempo viví. Era por la 7ta si mal no recuerdo, cerca a la avenida Santa Teresa. Ese día hubo una promoción, en donde televisores, radios y otros electrodomésticos estaban a mitad de precio, y que coincidencialmente ese día recibí la paga de un trabajito,del cual no me quiero acordar, puesto que no me enorgullece siquiera el tener que mencionarlo. Pero que implícitamente gracias a él, me brindo la oportunidad de comprarlo. Y pensar que hasta lo dude, porque con promoción y todo seguía siendo muy caro, pero a la final su agraciada antigüedad me convenció, eso sí, porque era una reliquia un tanto fina. Reliquia de la cual yo nunca pudiese haber...