Cuento: Una vaquita de San Antonio en la Biblioteca
Atardecía y la vaquita de San Antonio decidió descansar para luego seguir su viaje hacia su casa. Se posó en la cubierta de unlibro, se acurrucó y cerró sus ojos. De repente los abrió y asustada sintió como el libro, sobre el cual descansaba, se movía de un lado al otro. De su tapa salió un gaucho galopando a todaprisa, venía huyendo de la “polecia” por haber matado a un “moreno” y a otro en una pulpería. Así se lo relató a la vaquita un hombre de entrada edad y de cabello blanco, que mientrasreleía sus recuerdos de provincia escribía sobre un pizarrón “Las ideas no se matan”.
“Las ideas no se matan pero a los unitarios si”, le gritaba un matarife, que venía caminando a todaprisa por entre los libros y empuñando una daga. Por suerte para la vaquita y para el hombre de cabello blanco, apareció un juez que logró calmar al matarife y llevárselo a su casilla.“Sepa disculparlo, está un poco alterado”, le dijo el hombre mayor a la vaquita, y tomando sus escritos se perdió en la inconmensurable llanura de otro libro.
La vaquita sorprendida ymirando hacia un lado y otro, voló rápidamente hacia otro estante y se posó sobre una canasta, pero una niña de capucha roja la sopló y le dijo que no se podía posar sobre ella porque llevabala comida para su abuelita. Entonces la vaquita se posó sobre una manzana y allí otra niña, de piel blanca y pelo negro, le advirtió que no comiera de ella porque podía caer en un sueñomuy profundo y jamás despertar.
La vaquita, ya agotada de tanta aventura que salía de aquellos libros de la biblioteca, decidió recostarse sobre un libro que estaba olvidado sobre unasilla. Se acurrucó nuevamente, cerró los ojos y de repente escuchó una voz dulce que le cantaba:
Arrorró vaquita
Arrorró mi sol
Descansa, descansa
Que ya anocheció..
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