cuento


El viejo y el mar… ah no ese ya está… este cuento se llama:
EL VIEJO
Pareciera que nada cambia este mundo, la gente cada vez es más indiferente, no le gusta sembrar en el campo, se le olvido que la vida está en la tierra que es la que nos da la papita; hablaba con fuerte voz don Nepomuceno, mientras se dirigía a cumplir una cita en el médico, una y otra vez decía: la juventud ya no quierededicarse sino a producir plata, a cada persona que se encontraba y le daba la oportunidad de un saludo le recitaba el mismo discurso, además agregaba: recuerdo cuando era niño decía don Nepomuceno, la gente se preocupaba por el otro, lo que se comía era sano, no había envidia y mucho menos plata porque todos eran tan pero tan buenas personas que no existía la pobreza porque como todos daban puesnadie era mayor que el otro.
Cada vez que don Nepomuceno tenía la oportunidad repetía su discurso a cada persona, en el mercado, en el medico en la plaza en la labranza, pareciera ser que el viejo se había convertido en un disco rayado, ya muchos de sus vecinos lo tildaban de loco por la insistencia en el tema.
Un día común y corriente, de esos en los que sale el sol y vuelve y se esconde, deesos en los que amanece y anochece el viejo se dirigía al pueblo, caminaba por uno de los caminos de su vereda, la piernas ya temblorosas por el paso de los años y con el sol golpeando su espalda habían debilitado su cuerpo, el solo esperaba y pedía al cielo cinco minuticos más hasta llegar a la carretera, de repente, esos cinco minutos empezaron a desvanecerse el cuerpo ya no resistió mas y elviejo Nepomuceno cayó al suelo, esta era una vía solitaria muy pocas personas transitaban por misma, el tiempo era vita para don Nepomuceno, el sol cada vez era más fuerte, apuntaba el medio día y su corazón empezaba a debilitarse… de repente y de la nada empieza a escucharse el ruido de un motor, aun en el suelo y medio desmayado el viejo le empieza a tratar de gritar pero su delio era tan grande quesolo repetía no hay paz porque no hay solidaridad, no hay paz porque no hay solidaridad decía una y otra y otra vez su voz era recia, de campesino santandereano, de repente el viejo no volvió a escuchar el ruido de aquel motor sus esperanzas se habían perdido, pero él no dejaba de repetir no haya paz porque no hay solidaridad; casi de la nada en abrir y cerrar de ojos un joven fuerte lo estácargando, don Nepomuceno no sabía quién era este joven solo quería agradecerle pero lo único que repetía insistentemente era su frase, el hombre lo metió dentro de su camioneta y sin pensarlo dos veces lo llevo a la clínica más cercana, allí lo revisaron y lograron estabilizarlo, pero este señor se me ha convertido en una obsesión decía Andrés, sus palabras han tocado mi mente y mi corazón,prácticamente lo único que decía en su lecho de muerto era un llamado a que nuestra vida cambiara decía Andrés a su familia.
Pasados los días ya era el tiempo de salida de la clínica de don Nepomuceno, ningún familiar lo esperaba, era un solitario y abandonado viejo agradeciendo las atenciones se despedía y le decía a cada médico y cada enfermera: mis tiempos eran mejores porque la gente se preocupaba máspor la gente que por la plata, de repente un hombre s ele acerca y le dice don Nepomuceno me alegra mucho velo por favor sígame, el viejo miro para atrás para arriba para los lados y vio dos señoras; se dijo: yo no creo que ese par de angelitos tengan ese nombre tan feo, así que le dijo al joven: - ¿me habla a mí? – El joven contesto- si señor a usted, yo soy la persona que lo recogí en el caminocuando usted se desmayó - el viejo dio un brinco y lo abrazo, le estoy muy agradecido joven, es usted un joven noble, un caballero de esos que solo habían en mi época, muchas gracias por todo. – Andrés sonreía y le decía don Nepomuceno déjeme decirle una cosa usted me salvo a mí – yo? - Si señor usted me salvo, cuando usted estaba desmayo gritaba algo que toco mi corazón y llego hacerme...