Derecho Penal

Material tomado y adaptado -con exclusivos fines académicos para el curso de Ciencia Política de la Universidad Libre en el primer año de Derecho- de la obra “Pensamiento político, aplicaciones didácticas” de Domingo Araya.
EL SOCIALISMO EN LA POSMODERNIDAD
El marxismo, tras el fracaso del “socialismo real”, no ha muerto. En la década de los ochenta, las principales aportaciones teóricasmarxistas se sitúan en países de habla inglesa. Sigue vivo especialmente como teoría de la historia y como lo afirma Francisco Fernández Buey en su artículo “Marxismos y neomarxismos en el final del siglo XX”, las corrientes marxistas “han aceptado la imposibilidad de fundamentación racional de las cosmovisiones de origen romántico”, es decir, han perdido su carácter dogmático y metafísico.
RobertoGargarella y Feliz Ovejero presentan como compiladores a una serie de autores que dan razones por el socialismo (Paidós, Barcelona, 2001). En la introducción intitulada “El socialismo todavía”, nos dicen: …”hoy parece que la tradición socialista ha ido quedando subsumida en una suerte de liberalismo progresista que reconoce la importancia de ciertas medidas igualitarias pero que no asume una radicaldiscontinuidad con la sociedad capitalista” (p. 11). Frente a esa posibilidad, estos autores sostienen que “hay diferencias importantes que impiden disolver al socialismo en la tradición liberal”. El socialismo tiene unos valores que definen la sociedad buena y un método para alcanzarla. El socialismo marxista, el real soviético, el modelo socialdemócrata y el Estado de Bienestar, siendodiferentes, son intentos fallidos de producir un mundo alternativo al liberalismo capitalista.
A pesar de que hoy parece que el liberalismo no tiene rivales, estos autores piensan que sí hay lugar para una crítica socialista del liberalismo. Para ellos, la tradición liberal tiene el mérito de haber afirmado la libertad y la igualdad de todos los hombres, pero piensan que el liberalismo realmente existentees elitista. Sostienen que hay en el liberalismo una desconfianza hacia lo público y hacia las mayorías. Por último critican el antiestatismo exagerado y la escasa planificación de su gestión, lo cual se contradice con la idea liberal de regir una empresa o de permitir que intervenga sólo para defender la propiedad privada. El liberalismo, según Gargarella y Ovejero, se compromete sobre todo conlos derecho negativos, las prohibiciones y no tanto con los positivos (derecho a ser asistido, a tener vivienda digna, etc.). En cuanto a los liberales progresistas o igualitarios, para estos autores, tampoco dan primordial importancia a las desigualdades y prefieren los derechos civiles a los sociales. Le reprochan también al liberalismo igualitario la demarcación que establecen entrerepresentantes y representados y de “no alentar la intervención ciudadana en los asuntos públicos” (p.44).
A la hora de especificar las virtudes del socialismo nos dicen que “el socialismo sostiene, al mismo tiempo, tres compromisos fundamentales que el liberalismo se niega a mantener (al menos conjuntamente): el compromiso con la idea de autogobierno, el compromiso con una cierta idea de comunidad y elcompromiso con una idea fuerte de igualdad “(p.48). La capacidad de autogobernarse tanto en lo personal como en lo social implica que los propios miembros de una sociedad podrán elegir el modo de vivir. Para ello son indispensables los canales de comunicación y los foros de discusión. Intentará un sistema democrático en el que no haya distancia entre representantes y representados. Habrá que generarinstituciones que permitan la reflexión en común de los asuntos públicos. Todo lo que es importante para la comunidad debe ser discutido por la comunidad en cuestión. En lo económico el socialismo intenta caer en manos del mercado y piensa que los ciudadanos tienen derecho a decidir sobre cuál es la mejor sociedad. La economía debe estar al servicio del hombre y no lo contrario. Para los...