Derecho

El lobo y los tres cerditos

Y… terminaré mi historia contando lo que verdaderamente ocurrió:

Yo, soy el lobo, un manso, tierno y noble lobito, al que le gusta tocar varios instrumentos musicales… Toco la flauta, el violín y también toco el piano, entre otros instrumentos, por lo que se me ocurrió hacerme tres casas para hacer mis prácticas musicales.

Primero me hice una casa de paja,pues como es blanda se puede sujetar con facilidad, y la hice bien rápido, aquí iba a hacer mis prácticas de violín.

Luego me hice una casita de madera para mis prácticas de flauta ya que la madera tiene muy buena acústica.

Y por último mis prácticas de piano, decidí construirme una casa de ladrillos, pues es bien elegante y además fuerte y resistente y me protegería de tres cerditos queandaban por el bosque los cuales eran muy malos.

Cuando tuve treminadas mis tres casitas, yo feliz me puse a cantar y a bailar por haber concluido mi trabajo, sin darme cuanta que detrás de unos arboles me observaban los tres cerditos, los cuales al verme, salieron directamente hacia mí rugiendo del hambre y gritando:

- Lobo, ¡Te vamos a comer!

Salí desesperado y me encerré en mi casita depaja, para protegerme de los tres cerditos, los cuales llegaron hasta mi puerta a gritarme:

- ¡Soplaremos y soplaremos y la casita te derribaremos!

Y así lo hicieron, soplaron y soplaron con tanta fuerza que mi casita de paja se vino abajo.

Salí corriendo desesperado, lo más rápido que pude, y me metí en mi casita de madera, ¿y que creen? De nuevo los gritos de los tres cerditos:- ¡Soplaremos y soplaremos y la casita te derribaremos!

Y soplaron y soplaron, y tambien mi casita de madera me derribaron.

Salí, otra vez a toda carrera, esta vez en mi casa de ladrillos, la cual había construido con tanto esmero, que hasta chimenea le hice, con el objetivo de calentarme en las frías noches de invierno, y también ahí hacer mis ricos asados que preparo para cenar, por loque tenía en mi chimenea una gran parrilla.

Como les contaba anteriormente, salí corriendo para mi casita de ladrillos, pues los tres cerditos estaban furiosos y hambrientos y andaban locos por comerme más que nunca, pues me les había ya escapado dos veces, por lo que se pararon frente a mi puerta y comenzaron nuevamente a gritar:

- ¡Soplaremos y soplaremos y la casita te derribaremos!Y se pusieron a soplar tasn fuerte como el viento de un huracán. Pero… la casa de ladrillos era tan resistente que no lograron su propósito, así estuvieron largo rato, soplando y soplando fuertemente.

Al ver que mi casa no se cayó, decidieron entonces trepar por la pared y entrear por la chimenea, y así lo hicieron. Uno a uno fueron subiendo los tres, y uno a uno se deslizaron por la chimeneasin saber ellos que iban a caer directo a la parrilla ardiente, la cual estaba ya lista para cocinar.

¿Se imaginan…cerdos asados a la parrilla? Huuummmmm ¡que delicia!...

Pero no, les perdoné la vida a los tres, los regañé por haber sido tan malos en sus vidas con un lobo tan dulce, bueno, amable, cariñoso y trabajador como yo, y los tres cerditos salieron todos apenados hacia el bosque, ynunca más los he vuelto a ver.

Y yo, tomé experiencia de toda esta historia, a partir de ahí solo casitas de ladrillos construyo y ahora tengo una gran constructora llamada “El lobito feliz” y me dedico9 al negocio de Bienes y Raíces.

Ahhh… y sigo en mis prácticas con mis instrumentos musicales.

El gato con tenis

Érase una vez un viejo molinero que tenía tres hijos. Acercándose la horade pensionarsehizo llamar a sus tres hijos. “Quiero repartir lo poco que tengo antes de morirme”. Al mayor le dejó la casa, al mediano le dejó el carro y al menor le dejó lo último que le quedaba, el gato y unos títulos de propiedad.

Mientras los dos hermanos mayores se dedicaron a explotar su herencia, el más pequeño tomó unas tenis que tenía su padre, se las puso al gato y ambos se fueron...