destrucción
sobre
la
belleza
en
la
destrucción
desde
distintas
perspectivas.
Destrucción
como
una
nueva
acción
liberadora
del
espíritu
personal.
Ángela
Harris
Sánchez
Aunque
las
bases
de
la
destrucción,
vista
desde
una
perspectiva
estética
empiezan
a
consolidarse
a
partir
de
la
II
G.M,
es
a
partir
de
la
década
de
los
60’
que
esta
forma
de
entender
la
obra
se
convierte
en
respuesta
artística
a
la
violencia
sufrida
por
Europa
y
el
resto
de
países
durante
el
episodio bélico
y
vía
de
salida
del
pesimismo
generalizado
que
recorría
el
mundo
desde
lo
acaecido.
Con
el
informalismo-‐
y
tomando
como
foco
primigenio
Buenos
Aires-‐,
la
destrucción
responde
también
a
la
libertad
que
adquiere
el
creador
o
la
creadora de
la
obra,
a
la
espontaneidad
y
la
excarcelación
del
espíritu
artístico.
La
experiencia
liberadora
aumenta
el
proceso
creativo
-‐
como
hemos
podido
vivir
en
nuestras
propias
carnes
durante
la
sesión
de
destrucción
en
clase
y
es
que,
como afirma
Aldo
Pellegrini
en
su
texto
Fundamentos
de
una
estética
de
destrucción
“Toda
destrucción
libera
una
enorme
cantidad
de
energía.
Es
por
este
efecto
dinámico,
por
esta
acción
impulsada,
que
la
destrucción
sienta
las
bases
de
toda futura
creación.”
1
Es
un
dinamismo
creativo
generado
por
la
necesidad
de
elegir
entre
varios
proyectos
que
se
tienen
en
mente
para
crear
una
obra,
descartando,
destruyendo,
posibilidades
para
elegir
sólo
una
o
por
la
forma
en
la
que la
materia
de
un
objeto,
parafraseando
a
Lavosier,
es
transformada,
sin
llegar
a
desaparecer
totalmente
tras
su
destrucción.
Quizás
la
reflexión
sobre
la
relación
entre
arte
y
destrucción
deba
comenzar
deteniéndonos
en
qué
es
lo
que
ha
hecho del
término
"destrucción"
una
palabra
tabú,
condenada
por
el
arte,
hasta
tal
extremo
de
haberse
consagrado
exclusivamente
la
estética
de
lo
bello,
de
lo
decoroso,
"claro
y
proporcionado",
según
lo
definía
Santo
Tomás
de
Aquino
en
su
Suma
Teológica
(52).
Desde
la
religión,
y
tomando
a
ésta
como
directriz
de
la
estética
durante
gran
parte
de
la
Historia
del
Arte,
el
término
se
ha
visto
como
un
sinónimo
del
arte
apocalíptico
al
asociarse
a
la
idea
de
la
muerte, a
la
consecuencia
última
de
nuestra
propia
existencia,
obra
de
la
naturaleza,
destrucción
que
no
seremos
capaces
de
contemplar2.
No
sólo
desde
la
perspectiva
religiosa
sino
también
desde
un
sentimiento
globalizado,
este
término
y
la
actitud...
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