Dignarse
Páginas: 3 (679 palabras)
Publicado: 7 de junio de 2012
Dignaos.
Tiene un gran éxito el librito Indignaos de la pluma del francés Stéphane Hessel cuyos 94 años le han permitido sufrir la invasión alemana, luchar en la resistencia francesa yparticipar en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
No es extraño que se superaran los 2.000.000 de ejemplares en menos de seis meses, porque los motivos de indignación,empezando por las tremendas desigualdades económicas, las dimensiones de la pobreza integral, la desvergonzada corrupción de la clase política, el conchabamiento de partidos, sindicatos y financierosy la profundidad de una crisis provocada por la desenfrenada avaricia de banqueros y agencias de calificación son evidentes.
La indignación es una comprensible reacción humana frente a lainjusticia, la opresión y la avaricia. La misma naturaleza humana de Jesús le impelió a expulsar a los mercaderes del templo. Pero, cuidado. ‘Indignación’ es pariente semántico de ‘indignidad’. Loindigno es inferior en calidad y mérito. Lo digno es valioso y existe la capacidad de sublimar la indignación en dignidad mediante un acto de voluntad.
Cuando el pueblo, con razón o sin ella, no hasido capaz de sublimar la indignación, las consecuencias han sido nefastas. Muchos alemanes se indignaron contra el poder intelectual y financiero de los judíos. El resultado fue el Holocausto y laconsiguiente Guerra mundial.
Muchos españoles se indignaron contra Alfonso XIII por sus favoritismos, la desafortunada experiencia colonial que causó miles de muertos y la pobreza agraria. Elresultado fue la II República que, aunque los que no la conocieron la presentan hoy como el mejor de los regímenes posibles, los pocos supervivientes que la sufrimos no olvidamos las manifestacionesque, a los acordes de La Internacional cantaban
“/si los curas y frailes superan
/la paliza que les van a dar
/subirían al coro cantando
/libertad, libertad, libertad”....
Tiene un gran éxito el librito Indignaos de la pluma del francés Stéphane Hessel cuyos 94 años le han permitido sufrir la invasión alemana, luchar en la resistencia francesa yparticipar en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
No es extraño que se superaran los 2.000.000 de ejemplares en menos de seis meses, porque los motivos de indignación,empezando por las tremendas desigualdades económicas, las dimensiones de la pobreza integral, la desvergonzada corrupción de la clase política, el conchabamiento de partidos, sindicatos y financierosy la profundidad de una crisis provocada por la desenfrenada avaricia de banqueros y agencias de calificación son evidentes.
La indignación es una comprensible reacción humana frente a lainjusticia, la opresión y la avaricia. La misma naturaleza humana de Jesús le impelió a expulsar a los mercaderes del templo. Pero, cuidado. ‘Indignación’ es pariente semántico de ‘indignidad’. Loindigno es inferior en calidad y mérito. Lo digno es valioso y existe la capacidad de sublimar la indignación en dignidad mediante un acto de voluntad.
Cuando el pueblo, con razón o sin ella, no hasido capaz de sublimar la indignación, las consecuencias han sido nefastas. Muchos alemanes se indignaron contra el poder intelectual y financiero de los judíos. El resultado fue el Holocausto y laconsiguiente Guerra mundial.
Muchos españoles se indignaron contra Alfonso XIII por sus favoritismos, la desafortunada experiencia colonial que causó miles de muertos y la pobreza agraria. Elresultado fue la II República que, aunque los que no la conocieron la presentan hoy como el mejor de los regímenes posibles, los pocos supervivientes que la sufrimos no olvidamos las manifestacionesque, a los acordes de La Internacional cantaban
“/si los curas y frailes superan
/la paliza que les van a dar
/subirían al coro cantando
/libertad, libertad, libertad”....
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