DISCURSO PARA ACTO: 12 DE OCTUBRE
No es un día de fiesta. No es un día de alegría.
No es un acto escolar como otros, cuando festejamos la libertad, la bandera, la independencia…
Es un día para el recuerdo, un momentopara mirarnos a nosotros mismos.
Hace más de quinientos años, una mañana de octubre, la vida cambió para siempre en nuestra América.
Fue en unas islas que no podían ser más hermosas; playas de arenasblancas, palmeras cargadas de frutos, la brisa suave soplaba del mar ¿cómo imaginar lo que esa brisa traería?
Unos barcos panzudos y oscuros aparecieron en el mar sereno. Unos hombres,malolientes, barbudos, cubiertos de acero, bajaron a tierra; al frente, un marino de ojos ávidos y afiebrados.
Detrás, dos maderos cruzados que parecían la sombra de un destino desconocido pero terrible.Hablaban palabras en lengua extraña, palabras cargadas de violencia, de codicia, de intolerancia.
De la selva salieron nuestros hermanos, eran los primeros de los millones que vivían en esta tierraque, aún, no se llamaba América.
Los miraron con sorpresa y un poco de compasión: ¡cuánto debían haber viajado esos hombres! ¡qué cansados se les veía! Con respeto, con recelo también, se acercarony les tendieron la mano.
Por un instante la Historia estuvo en suspenso.
Era el 12 de octubre de 1492.
La mano oscura del indígena americano, la mano pálida del indígena europeo seencontraron, después de siglos de separación, en aquella playa de arenas blancas y sol resplandeciente.
Una mano traía plantas desconocidas, secretos olvidados de la madre tierra, dioses que danzabany temores crueles como la noche.
La otra llevaba la carga de la culpa de un dios que nunca reía, la habilidad de engarzar complicados mecanismos, una infinita curiosidad y la certeza de un destinoincuestionable. Hubieran podido, aún entonces, estrecharse, hubieran podido compartir lo poco o mucho que cada una traía, hubieran podido, quizás, construir juntas.
No fue así.
La...
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