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INTRODUCCIÓN
La reunión cumbre que tendrá lugar en Nueva York al inicio de la 60 Asamblea General de la ONU tomará decisiones respecto a la reforma de esa organización. De allí puede salir fortalecida una institución que hoy es el único foro universal para llevar a cabo acciones colectivas a favor de la seguridad internacional. O bien puede seguir su deterioro agudizado después de la guerra deIrak, el cual alienta a quienes pronostican la enfermedad terminal y próxima muerte de las Naciones Unidas.
El objetivo del presente ensayo es hacer algunas reflexiones sobre los factores a favor y en contra de la voluntad de negociar en el ambiente internacional de nuestros días, el contenido de las propuestas principales para la reforma de la ONU que están sobre la mesa, y los resultadosprevisibles de un encuentro que determinará, en gran medida, el papel de las instancias multilaterales en la política internacional contemporánea.
HACIA LA REFORMA DE LA ONU
La reforma de la ONU supone redefinir los compromisos, instituciones y conceptos que han servido de base al orden internacional desde 1945. Cierto es que los cambios ya han venido ocurriendo desde hace algún tiempo, sobre todo enel periodo que siguió al fin de la Guerra Fría. Vale recordar, por ejemplo, la reinterpretación tácita que ha hecho el Consejo de Seguridad en los últimos años del significado de las amenazas a la paz y la seguridad internacionales a que hace referencia el Artículo 39 de la Carta. Originalmente, tales amenazas tenían que ver con situaciones que podían desembocar en conflictos armados entre dos omás estados; en la actualidad, las amenazas contempladas por el Consejo de Seguridad se refieren, en su mayoría, a conflictos en el interior de los estados.
Esas reinterpretaciones se han llevado a cabo en el marco limitado del Consejo de Seguridad y, frecuentemente, han ido a contracorriente de la opinión de algunos estados miembro. Se espera llegar a nuevos consensos sobre gran variedad de temas,los cuales deben tener una formulación jurídicamente válida y ser percibidos como legítimos por el conjunto de la comunidad internacional.
En aquel entonces, los horrores causados por la Segunda Guerra Mundial propiciaron la voluntad de construir mecanismos que evitaran la repetición de una conflagración global. Los líderes de la época aceptaron los principios de equilibrio de poder y zonas deinfluencia. Reconocieron la conveniencia de institucionalizar el poder de las potencias vencedoras de la guerra otorgándoles en el sistema de votación del Consejo de Seguridad el derecho de veto. Decidieron, también, la creación de un foro democrático que permitiera a todos los estados que accediesen a la organización mundial la posibilidad de tener una voz en la marcha de los asuntos mundiales;tal es la función de la Asamblea General.
El mundo de hoy atraviesa otros momentos. La desaparición del mundo socialista, además de abrir enormes incertidumbres sobre el futuro de vastos territorios que pertenecían a la ex URSS, dio pie ala consolidación de una sola gran potencia cuyo poderío militar no tiene contrapesos. Basta echar un vistazo sobre los presupuestos militares en todo el mundo paratener una idea de la inmensidad del poder de Estados Unidos.
En la década de los noventa las nuevas relaciones de poder eran una realidad, lo que no impidió una participación constructiva de Estados Unidos en el organismo mundial. Desafortunadamente, los actuales ocupantes de la Casa Blanca no actúan así. Las circunstancias internas y externas no les aconsejan abandonar de manera abrupta laorganización; pero la decisión de actuar solos cuando está de por medio la seguridad nacional de Estados Unidos y de debilitar la capacidad de acción y autoridad moral del organismo mundial es evidente. La idea de un mundo con equilibrios, regido por normas y principios consagrados en una Carta de valor universal, no forma parte del ideario de los actuales dirigentes estadounidenses.
Ante esa...