Documento de puebla
Páginas: 22 (5376 palabras)
Publicado: 9 de noviembre de 2010
INTRODUCCION
UN FECUNDO CAMINO
La historia de América Latina no se entiende sin la referencia a la fe en el Padre, en el Señor Jesús y en el Espíritu Santo. Fruto del encuentro de dos mundos bendecidos en su originalidad cultural y en su búsqueda -a veces apasionada- de Dios, América Latina tiene por vocación, como recordaba Pablo VI, el «aunar en una síntesis nueva y genial lo antiguo y lomoderno, lo espiritual y lo temporal, lo que otros nos entregaron y nuestra propia originalidad».1 En ese proceso de nacimiento y desarrollo de una nueva cultura descubrimos la presencia fecundante de la fe. La Iglesia, en efecto, está presente en los orígenes de este Nuevo Mundo,2 sirviendo de crisol donde confluyeron las más diversas culturas y razas3 para forjar al calor del Evangelio estanueva «síntesis cultural mestiza».4
No se trata sin embargo de plantear visiones triunfalistas. Como bien se señala en Puebla, toda gestación de pueblos y culturas es siempre dramática, «envuelta en luces y sombras».5 Lamentablemente la historia de América Latina en demasiadas ocasiones no sólo no ha sido presentada con la necesaria objetividad histórica, sino que se ha tejido una historia irreal,llena de mitos e imprecisiones, que bien ha merecido ser llamada “la leyenda negra”.6 De esta manera se ha distorsionado la historia de nuestros pueblos, acentuando y difundiendo muchas veces sólo las “sombras” y ocultando las “luces”.
Una visión más serena y equilibrada nos muestra cómo la Iglesia no fue ni un factor marginal, ni un obstáculo en la configuración y desarrollo de la nuevacultura latinoamericana. Allí están las innumerables iniciativas que, de un lado, produjeron originales síntesis de evangelización y promoción humana, y de otro, conjugaron las diversas artes de un despliegue sin precedentes de creatividad y audacia. Está, también allí, la pléyade de santos y hombres y mujeres que llenos del amor de Dios, abrieron surcos de Evangelio en nuestras tierras, sembrando lasemilla de la fe.
LOS PASTORES: EL CAMINO DE LA COLEGIALIDAD.
En este proceso, que ya lleva medio milenio, jugaron un papel central los Pastores. Su presencia cercana y abnegada tuvo ejemplos verdaderamente heroicos . Santo Toribio de Mogrovejo, Antonio de Valdivia, Tata Vasco de Quiroga, son algunos de los muchos casos que hoy en día brotan con espontaneidad en el pueblo católico. Presenciaque se descubre en acciones concretas de diversa índole.
Casi desde los inicios de nuestra historia se hizo patente la preocupación de los Pastores por coordinar esfuerzos en una temprana muestra de colegialidad episcopal en el Continente. Las “dificultades tan enormes como inéditas”7 y la vastedad y complejidad geográfica del Nuevo Mundo los llevan a reunirse en búsqueda de soluciones comunesante los desafíos que planteaba la primera evangelización. Los Concilios Limenses y los Mexicanos, prolongación de las tempranas juntas y asambleas sinodales que se celebraron en México y Perú,8 son la expresión primera de este espíritu. De estas memorables y decisivas jornadas eclesiales cabe destacar el III Concilio Límense iniciado en 1582 y el III Concilio Mexicano que se celebró tres años mástarde, en 1585. Ambos tenían como horizonte común adaptar el gran Concilio de Trento a las nuevas realidades de América e impulsar y profundizar la evangelización emprendida. No deja de ser significativo que este esfuerzo se lleve a cabo bajo el influjo positivo de la Reforma espiritual que se vivía en la península ibérica.
El III Concilio Límense, inaugurado por Santo Toribio de Mongrevejo un15 de agosto de 1582 en la capital del Virreinato del Perú, tuvo una importancia decisiva para la evangelización de los pueblos de América del Sur. En aquella época las diócesis sugrafáneas de Lima eran al parecer: Nicaragua (León), y Panamá, Popayán (Colombia), Quito (Ecuador), Cuzco Río de la Plata y Tucumán (Argentina). Diversas razones impidieron que participaran todos los Obispos, sólo...
UN FECUNDO CAMINO
La historia de América Latina no se entiende sin la referencia a la fe en el Padre, en el Señor Jesús y en el Espíritu Santo. Fruto del encuentro de dos mundos bendecidos en su originalidad cultural y en su búsqueda -a veces apasionada- de Dios, América Latina tiene por vocación, como recordaba Pablo VI, el «aunar en una síntesis nueva y genial lo antiguo y lomoderno, lo espiritual y lo temporal, lo que otros nos entregaron y nuestra propia originalidad».1 En ese proceso de nacimiento y desarrollo de una nueva cultura descubrimos la presencia fecundante de la fe. La Iglesia, en efecto, está presente en los orígenes de este Nuevo Mundo,2 sirviendo de crisol donde confluyeron las más diversas culturas y razas3 para forjar al calor del Evangelio estanueva «síntesis cultural mestiza».4
No se trata sin embargo de plantear visiones triunfalistas. Como bien se señala en Puebla, toda gestación de pueblos y culturas es siempre dramática, «envuelta en luces y sombras».5 Lamentablemente la historia de América Latina en demasiadas ocasiones no sólo no ha sido presentada con la necesaria objetividad histórica, sino que se ha tejido una historia irreal,llena de mitos e imprecisiones, que bien ha merecido ser llamada “la leyenda negra”.6 De esta manera se ha distorsionado la historia de nuestros pueblos, acentuando y difundiendo muchas veces sólo las “sombras” y ocultando las “luces”.
Una visión más serena y equilibrada nos muestra cómo la Iglesia no fue ni un factor marginal, ni un obstáculo en la configuración y desarrollo de la nuevacultura latinoamericana. Allí están las innumerables iniciativas que, de un lado, produjeron originales síntesis de evangelización y promoción humana, y de otro, conjugaron las diversas artes de un despliegue sin precedentes de creatividad y audacia. Está, también allí, la pléyade de santos y hombres y mujeres que llenos del amor de Dios, abrieron surcos de Evangelio en nuestras tierras, sembrando lasemilla de la fe.
LOS PASTORES: EL CAMINO DE LA COLEGIALIDAD.
En este proceso, que ya lleva medio milenio, jugaron un papel central los Pastores. Su presencia cercana y abnegada tuvo ejemplos verdaderamente heroicos . Santo Toribio de Mogrovejo, Antonio de Valdivia, Tata Vasco de Quiroga, son algunos de los muchos casos que hoy en día brotan con espontaneidad en el pueblo católico. Presenciaque se descubre en acciones concretas de diversa índole.
Casi desde los inicios de nuestra historia se hizo patente la preocupación de los Pastores por coordinar esfuerzos en una temprana muestra de colegialidad episcopal en el Continente. Las “dificultades tan enormes como inéditas”7 y la vastedad y complejidad geográfica del Nuevo Mundo los llevan a reunirse en búsqueda de soluciones comunesante los desafíos que planteaba la primera evangelización. Los Concilios Limenses y los Mexicanos, prolongación de las tempranas juntas y asambleas sinodales que se celebraron en México y Perú,8 son la expresión primera de este espíritu. De estas memorables y decisivas jornadas eclesiales cabe destacar el III Concilio Límense iniciado en 1582 y el III Concilio Mexicano que se celebró tres años mástarde, en 1585. Ambos tenían como horizonte común adaptar el gran Concilio de Trento a las nuevas realidades de América e impulsar y profundizar la evangelización emprendida. No deja de ser significativo que este esfuerzo se lleve a cabo bajo el influjo positivo de la Reforma espiritual que se vivía en la península ibérica.
El III Concilio Límense, inaugurado por Santo Toribio de Mongrevejo un15 de agosto de 1582 en la capital del Virreinato del Perú, tuvo una importancia decisiva para la evangelización de los pueblos de América del Sur. En aquella época las diócesis sugrafáneas de Lima eran al parecer: Nicaragua (León), y Panamá, Popayán (Colombia), Quito (Ecuador), Cuzco Río de la Plata y Tucumán (Argentina). Diversas razones impidieron que participaran todos los Obispos, sólo...
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