Educaci N Como Derecho
C)Fundamentación
Consideramos que muchos maestros pueden caer en el error de etiquetar a los
alumnos que presentan problemas de atención, de conducta, dificultades en las
materias,de adaptación con sus compañeros sin saber que hay detrás de esas
conductas o dificultades, como es el caso de Jesús, quien llega tarde, acompañado de su perro y mojado.
Al etiquetar a un alumno le estamos cancelando la oportunidad de ser diferente,
sobre todo con el mismo. No decimos “Etiquetar” solo en el aspecto peyorativo;
también etiquetamos cuando esperamos de un alumno, por ejemplo, que sea el mejor
de su grupo.
La docente de música
rescata del anonimato a los que son brillantes, a
diferencia de la docente reemplazante quien debería tomar conocimiento del entorno
de cada uno de sus alumnos a los que les
cuesta entender; y hacerlos
sentir personas
dignas de
aprecio y cariño, aunque sea con pequeños y simples gestos de valoración,
un buen día, o confiando en la palabra del niño. Estas situaciones influyen, junto a
otros condicionantes, en la constitución del sujetoalumno en relación a las bases de
conocimiento, valores de referencia y sus posibilidades concretas en términos de éxito
o fracaso, generando apreciaciones diversas de los aprendizajes. Es importante tener
en cuenta cómo las expectativas de los maestros sobre el rendimiento de sus alumnos
pueden convertirse en profecías que se cumplen por sí mismas, ya sea porque pueden
aprender menos o más de lo que se espera de ellos.
Los docentes se constituyen en mediadores para la conservación o no de las
desigualdades y las valoraciones sobre el éxito o el fracaso escolar a través de las
concepciones que orientan sus acciones. El maestro nunca es neutro en su accionar;
su intervención como enseñante está cargada de connotaciones afectivas,
representaciones cognitivas, sus valores, su historia personal y social, que en su
conjunto, configuran un enorme espectro de concepciones que sustentan sus
decisiones y prácticas. Las concepciones de los docentes con respecto a cada alumno
y su rendimiento escolar están constituidas por múltiples elementos: según su escala
de valores y los objetivos institucionales.
Se ha llegado a comprobar que cuando las expectativas del docente(Música)
son positivas, crean un efecto favorable sobre el alumno; mientras por el
contrario(reemplazante), sus anticipaciones de fracaso contribuyen a provocarlo.
Podemos dar cuenta que si revisamos las trayectorias individuales de los niños
provocan buenas respuestas según las expectativas que los docentes tienen sobre
ellos, su rendimiento y modo de “ser” y “hacer” en el aula.
La maestra reemplazante se forman una imagen de Jesús apenas lo conoce ,
que no es la correcta sin darle la posibilidad de modificarla a través de las interacciones
en la práctica cotidiana.
“
El maestro debe tomar conciencia del ser humano con el que comparte las horas
escolares, convencerlo que él puede lograr aprender mejor y que, como docente,
espera lo mejor de él. Se trata de comprender que el éxito o fracaso en la escuela
excede la problemática estrictamente individual (y/o familiar) y que está muy ligada a
las alumnos pero también, a una revisión crítica del currículo que compromete
directamente al oportunidades educativas y puntos de partida desiguales que existen
para algunos docente y a sus prácticas que se vinculan con el impacto que ejercen sus
propias concepciones y desempeño sobre logros escolares desiguales.
La escuela, el equipo directivo y los maestros deben partir del reconocimiento de
las desigualdades de ...
Regístrate para leer el documento completo.