Educación Chilena: Cronica de una muerte anunciada







ENSAYO






Marcia Orellana Crisosto
Psicopedagogía I Semestre, Sección A
Sociedad, Cultura y Educación
Prof. Ricardo Cristi
2013

Reforma Educacional Chilena:(Otra) Crónica de una muerte anunciada

“Libertad era un asunto mal manejado por tres / Libertad era Almirante, General o Brigadier (…) Estudiar era pecado; clandestino era saber / porque cuando el pueblo sabe,no le engaña un Brigadier (…) Y al país lo remataron, y lo remataron mal / lo partieron en pedazos, ahora hay que volverlo a armar / Y ahora el pueblo está en la calle a cuidar y a defender / esta patria que ganamos liberada debe ser”. (José Tcherkaski,1973)
La educación chilena a partir de la reforma educacional impulsada por la dictadura militar de Augusto Pinochet, no es sino un condenado amuerte desde su nacimiento.
Todas las modificaciones realizadas al sistema1, tanto desde el punto de vista del fondo como de la forma, tienen como misión principal el fabricar generaciones educacionalmente castradas, mentalmente mutiladas e intelectualmente limitadas; una sociedad cada vez más dividida, con barreras socioeconómicas que hasta el día de hoy se solidifican en forma sostenida einexorable. Y era de esperar: a ningún líder que pretenda poder absoluto le resulta conveniente educar al pueblo y mucho menos que ese pueblo tenga una educación más acabada que la del propio dictador. Si a ese hecho global le sumamos que el mencionado dictador era un simple “hijo de vecino”2 con poca y nada instrucción que no fuera la militar, podemos decir que la educación que se podía esperar parael “pueblo de Chile” bajo su mando necesitaba ser menos que precaria para servir al régimen.
La dictadura necesitaba seguir produciendo mano de obra barata y poco calificada, de modo de tener a quienes “salvar de la miseria y hacer surgir al país” con programas de trabajo como el PEM3 y el POJH4, indistintamente de que fuera un sistema de protección mafioso, como las pandillas de los ghettos quecobran a los comerciantes por no hacerles daño (irónicamente, los “protegen” de sí mismas).
Fue así como muchos fuimos testigos y víctimas de violentos recortes en los contenidos educacionales, sobre todo en las asignaturas del área social, que son indispensables para construir una identidad de país. Fuimos también protagonistas de un país donde palabras fundamentales, como “libertad” y“pensamiento” eran consideradas tabú y donde se satanizaba brutalmente a muchas ideologías (pero sólo por su nombre, pues explicarlas era impensable y peligroso, un “pecado mortal”).
Yo cursé toda mi enseñanza básica en dictadura y si bien (o tal vez, debido a que) se trataba de un establecimiento particular pagado de buen prestigio, sólo en mi vida adulta pude ver más allá de la muralla que dividía alresto del país, como “El príncipe feliz”5.
Crecí en la convicción de que los presidentes y los papas eran vitalicios, que la democracia no era más que un sistema de gobierno (obsoleto, por cierto) creado por los antiguos (muy, muy antiguos) griegos y que, de hecho, los había llevado a la decadencia como imperio cultural. Crecí pensando que la máxima expresión de la música folklórica chilena era“El patito chiquito” de Los Huasos Quincheros6; crecí con padres que pensaban que la mejor manera de proteger a sus hijos era mantenerlos en una burbuja de ignorancia y desinformación, en una actitud temerosa y casi paranóica que no hacía más que legitimar las quemas de libros, documentos, zampoñas y cultrunes, el cierre de facultades de artes y humanidades y de escuelas normales: nada sino justificarel exilio y desaparición de cualquier chileno que pudiese ser -siquiera remotamente- un símbolo de ideas, cultura o identidad nacional7.
La educación chilena debe formar chilenos, pero la idiosincrasia chilena existente entraba en una contradicción vital con las aspiraciones del régimen. Era necesario hacer desaparecer la historia de Chile y a cualquiera que pudiese relatarla a las...