El Amor Y La Pedagogia
v*?
.^
Vr
>ví:í
>^:
:.-
t;
i^.f
,*-^
:
>>^
y^
S^^^^^^^^^H
AMOR Y PEDAGOGÍA
BllJLlOTECA DE NOVELISTAS DEL SlGLO
XX
MIGUEL DE UNAMUNO
AMOR pedagogía
Y
BAECELOXA — 1902 Impkexta ve HExnicn. y C^ —
Ciille
Euitoues
Córcega
Es PROPIEDAD
ElEaRONiC VERSIÓN
AYAiLABLE
NO.
CA}(L
^ i;
V
1'
KD A
C,
Oti
í
A
(>;»
una tragicomedia, amigo A vito. Hopresentamos cada uno nuestro papel; nos tiran de los liilos cuando creemos obrar, no siendo este obrar más que un accionar; recitamos el papel
es
— Esto
aprendido
nos gnía;
allá,
en las tinieblas de
la inconciencia,
el
en nuestra tenebrosa preexistencia,
el
Apuntador
esto...
gran tramoyista maquina todo
así— ¿La preexistencia? — insinúa Carrascal. — de eso hablaremos otro día; como
Sí,
nuestro morir es un des-nacer, nuestro nacer es un
des-morir...
Aquí de
la
permutación.
Y
en este
teatro lo tremendo es
el héroe...
— ¿El héroe?
que toma en serio su papel y se posesiona de él y no piensa en la galería, ni se le da un pitoche del público, sino que representa
sí,
—Elhéroe,
el
al verdadero vivo, y en la escena drd mata de verdad al que hace de adversario suyo... matar de verdad es matar para siempre... aterrando á la galería, y en la escena de amor
al
vivo,
desafío
¡figúrese usted! no quiero decirle nada...
Interrúmpese para escribir un aforismo y prosigue:
— Hay
que
el
coristas,
comparsa, primeras y segun-
das partes,racioneros... Yo. Fulgencio Entra m-
bosmares, tengo conciencia del papel de filósofo
á los
Autor me repartió, de filósofo extravagante ojos de los demás cómicos, y procuro desem-
peñarlo bien.
Hav
quien cree que repetimos luego
70
MKiL'KL DK
UNAMUXO
ó que,
la
comedia en otro escenario,
la
cómicos de
la
legua viajantes por los mundos estelares, repre-
sentamosmisma luego en
otros planetas;
hay
también quien opina, y es mi opinión, que desde aquí .nos vamos á dormir á casa. Y hay, fíjese bien
en esto, Avito, hay quien alguna vez mete su morcilla
en
la
comedia.
Cállase un
momento; mientras Carrascal
el
se re-
crea en interpretarle
los
pensamiento, irrádianle
al
fulgurantes ojos y mirando J/oiito iiísipieiis,prosigue:
enchisterado
— La
cilla
morcilla, ¡oh, la morcilla! ¡Por la mor-
sobreviviremos los que sobrevivamos!
vida toda de cada
en
la
Xo hay hombre más que un mola
mento, un solo momento de libertad, de verdadera
libertad,
sólo
una vez en
vida se es libre de
momento ¡ay! que si va no vuelve, como todos los demás momentos y que como todos ellos se va, de esenuestro moveras,
y de ese momento, de ese
mento
¡netadríHiiáfico, de esa
hora misteriosa dc-
jjende nuestro
destino todo.
Y
ante todo, ¿sabe
usted, Avito, lo que es la morcilla?
— Xo — contesta
matrimonio, en
la
Carrascal
pensando en su
hora aquella misteriosa de su cuando se encontró con Marina, en aquel momento metadramático en que los tervisita á Leoncia,sos ojazos de la
se
hoy su mujer
le
decían cuanto no
sabe ni se sabrá jamás, en aquel
momento de
libertad... ¿de libertad?
¿de libertad ó de amor?
AMOR Y PKDA
(í
O
(} 1
A
¿el
amor, da ó quita libertad? ¿la libertad, da ó
quita amor?
Y
la
voz iuterior
le dice:
«caíste
y
volverás á caer,»
— Pues
á lo que
morcilla se llama,los
amigo Carrascal,
meten
actores por su cuenta en sus
añaden á la obra del autor dra¡La morcilla! Hay que espiar su hora, prepararla, vigilarla y cuando llega meterla,- merecitados, á lo que
mático.
ter nuestra morcilla,
más
recitado
y
siga luego la
menos larga, en el función. Por esa morcilla
ó
la
sobreviviremos, morcilla ¡ay! que también nos
sopla...
Regístrate para leer el documento completo.