El conde de montecristo

Páginas: 114 (28449 palabras) Publicado: 2 de agosto de 2010
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El Conde de Montecristo

Alejandro Dumas

El Conde de Montecristo

COLECCIÓN LITERARIA

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El Conde de Montecristo

PRESENTACIÓN
El conde de Montecristo (Le comte de Monte Cristo) es una novela de aventuras clásica de Alexandre Dumas padre. Se suele considerar como el mejor trabajo de Dumas, y a menudo se incluye en las listas de las mejores novelas de todos los tiempos. Ellibro se terminó de escribir en 1844, y fue publicado en una serie de 18 partes durante los dos años siguientes. Dumas colaboró con otros autores para escribirlo. La historia tiene lugar en Francia, Italia y varias islas del Mediterráneo durante los hechos históricos de 1814– 1838 (el final del mandato de Napoleón I de Francia y el reinado de Luis Felipe I de Francia). Trata sobre todo los Alejandro Dumas

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temas de la justicia, la venganza, la piedad y el perdón y está contada en el estilo de una historia de aventuras. Dumas obtuvo la idea de El conde de Montecristo de una historia real que encontró en las memorias de un hombre llamado Jacques Peuchet. Peuchet contaba la historia de un zapatero llamado François Picaud que vivía en París en 1807. Picaud se comprometió con una mujerrica, pero cuatro amigos celosos le acusaron falsamente de ser un espía de Inglaterra. Fue encarcelado durante siete años. Durante su encarcelamiento, un compañero de prisión moribundo le legó un tesoro escondido en Milán. Cuando Picaud fue liberado en 1814, tomó posesión del tesoro, volvió bajo otro nombre a París y dedicó diez años a trazar su exitosa venganza contra sus antiguos amigos

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CAPITULO I
LA LLEGADA

El 24 de febrero de 1815, el Faraón se acercaba a la explanada de San Juan, mientras una multitud lo aguardaba impaciente. Uno de los espectadores, el armador Morrel, no esperó la entrada del buque a puerto. Saltó sobre una de las lanchas y se hizo conducir hacia él. Al verlo acercarse, Edmundo Dantés, el segundo de a bordo, un marino joven decabellos y ojos muy negros y gesto resuelto, se acercó a la borda. —¿Es usted, Dantés? —preguntó el armador—. ¿Por qué esas caras tristes en la tripulación? —Ha ocurrido una gran desgracia, señor — respondió Dantés—; hemos perdido al capitán Leclére.

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—¿Y el cargamento? —preguntó Morrel palideciendo. —Por eso puede estar usted satisfecho, señor. Llega sin novedad. Encambio, el pobre capitán... —¿Qué es lo que le ha pasado a ese valiente? —Una congestión cerebral, señor. Al salir de Napóles se lo veía muy agitado. Un día después cayó presa de unas fiebres y antes de la semana fallecía, en medio de horribles sufrimientos. Traemos su cruz de honor y su espada, que entregaré a su viuda. Seguidamente Dantés invitó al armador a subir al barco y le pidió su venia paraencargarse de las maniobras de rutina al llegar a puerto. Morrel ascendió, y Dantés se reintegró a su puesto de segundo, mientras el contable, señor Danglars, se acercaba. Éste era un hombre de alrededor de veinticinco años, de aspecto sombrío y modales obsequiosos con sus superiores e insolente con sus subordinados. Gozaba de la antipatía de la tripulación debido al cargo que desempeñaba y a sumal carácter, mientras Dantés, en cambio, era muy querido. —¡Hola, señor Morrel! —saludó Danglars— . ¿Conoce ya la noticia? ¡Lo lamento tanto! El

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viejo capitán Leclére era un marino muy valiente y experimentado. —Pero no hace falta ser viejo para ser valiente o conocer el oficio —comentó Morrel— . Ahí tiene usted a Dantés, que al parecer no necesita consejo denadie. —Sí —respondió Danglars dirigiendo al joven una mirada de odio—. Ese Dantés lo sabe todo. Apenas muerto el capitán, se apoderó del mando y nos hizo perder día y medio en la isla de Elba, en lugar de ir directamente a Marsella. —Tomar el buque a su cargo era su obligación —replicó Morrel—. Dantés era el segundo. En cuanto a lo de la detención en Elba, no lo entiendo a menos que el buque...
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