El fondo del Estanque

“El fondo del estaque”; el propio nombre del internado parece decirlo todo.
Muros, rejas con enormes candados y hasta un calabozo donde se encierra a los niños que no cumplen con las reglas…
Dichas normas son inculcadas intentando conformar al grupo según los parámetros establecidos por quien dirige el instituto. Si los niños intentan quebrarlas son castigados de manera cruel ydesconsiderada. La dureza y rigidez del director quien no contempla ninguna circunstancia, ni siquiera la llegada tarde del nuevo guarda y la distancia que impone entre él y los demás deja en claro su manera de liderar este instituto de una manera jerárquica y autoritaria. Tal como plantea el texto de Lewkowicz la función de homogeneizar a los habitantes de la denominada “sociedad de vigilancia”, se logramediante las prácticas de vigilar y castigar. Estas instituciones disciplinarias o de encierro, en este caso el Hogar, reproducen los tres procedimientos para llevar a cabo su función, es decir la vigilancia jerárquica, la sanción normalizadora (castigos corporales, el calabozo, tareas de limpieza), y el examen como medio evaluativo. La idea es moldear al individuo para que se adapte a la sociedad yconstruya marcas de subjetividad acorde al entorno en que vive, y así poder reproducir dichas conductas y pensamientos que son necesarias para su integración social y a la vez ser útiles a ella. La función de estas instituciones educativas en este contexto socio-histórico de posguerra era producir ciudadanos obedientes, disciplinados y sumisos. Las reglas basadas en el “principio de acción yreacción” implican un castigo ante una contravención. Eso “es lo único que entienden” según palabras del vigilante anterior y le da a conocer al nuevo los nombres de los niños más difíciles con ese sistema de “etiquetar” a los alumnos sin permitirles evolucionar o cambiar. Los malos modos y el trato al que están sometidos los chicos los lleva a repetir esa misma actitud, o sea de reaccionaragresivamente cosa que se nota en varias oportunidades y llega al máximo exponente con el más marginal de los chicos que termina incendiando el instituto. “Las instituciones se complementan unas a otras para la normalización, se ve que la familia también espera un disciplinamiento al mandar a sus chicos al internado” dice otra de nuestras compañeras, Romina Pantano y eso se hace evidente aún hoy en díacuando padres, en su mayoría muy jóvenes, buscan el apoyo y el consejo de docentes para poderles poner límites a sus hijos.
Opino que, tal como afirma otra de nuestras compañeras: Mercedes Sanchez la forma en que este nuevo vigilante se dirige a los alumnos es “amena y más sensible, acorde a su edad a diferencia de los demás docentes, que es distante y fría. Con estos dos tipos de docentescontrapuestos la película refleja el traspaso lento de una educación regida a disciplinar a una educación que apunta al desarrollo de saberes y capacidades, como es en este caso la música.”
Es interesantísimo ver cómo frente a una nueva propuesta, en este caso el canto, los chicos se adhieren enseguida a llevarla a cabo cambiando el clima y la predisposición de todos. Pero esto a mi entender no se debeúnicamente al hecho de que se tratara de una propuesta musical, ya que por más que el dicho afirma que “la música calma a las fieras”, lo que me parece que logró el cambio de actitud de los niños es la alternativa de algo nuevo, interesante, que tiene en cuenta sus capacidades y que por lo tanto los hace sentirse considerados, tenidos en cuenta, atendidos y entendidos.
“El buen tiempo les ponetristes” observa el vigilador, comprendiendo que las ansias de libertad anidan en los corazones infantiles e intenta por todos sus medios complacerlos para lograr en ellos nuevas marcas de subjetividad más positivas y que los alienten en la vida. Estoy de acuerdo con lo escrito por Mónica Basualdo cuando afirma que la acción de Mathieu, el vigilador, pudo ordenar le “galpón” (tal como lo designa...