El génesis educativo de nuestra sociedad

UNA RESPONSABILIDAD HISTÓRICA

Estamos cansados de ver y oír la queja de organismos del Estado, diversos estamentos encargados de regular la educación en Colombia, autoridades policivas, docentes, padres de familia, instituciones y organismos de orientación religiosa, periodistas, amas de casa, estudiantes, en fin de casi todos los componentes de la sociedad colombiana, sobre la situación dedesapego generalizado de la ética, los valores, principios y reglas sociales, especialmente de jóvenes entre los catorce (hoy ya conocemos noticias de robos agresiones y hasta asesinatos realizados por y contra jóvenes hasta de diez años) y los veintidós años de edad, que nos producen el natural asombro a quienes, por formación, consideramos que tales valores y principios son absolutamenteindispensables para la adecuada convivencia social, el progreso y el desarrollo personal y económico de las comunidades organizadas.

El irrespeto por culturas o por personas que ostentan los requisitos para hacerse acreedor al respeto y consideración, situación que al decir de nuestros aún cercanos parientes, “nuestros mayores en edad, dignidad y gobierno”, pasó a ser parte de un pasado lejano en el quese refundió en tal medida, que los mismos conceptos son absolutamente desconocidos entre los grupos etarios objeto de nuestro análisis. Ello necesariamente deriva en tratamientos poco considerados, violencia y la recientemente muy nombrada intolerancia con el que se designan los comportamientos que desembocan en agresiones físicas y emocionales que atentan incluso contra la vida misma.

Pero,dónde se encuentra la génesis de la situación que nos aterra y nos asombra ahora tan a menudo?

Tomemos algunos hechos y bajo un análisis, si no con la profundidad que ello amerita, si con la responsabilidad asociada siempre a los asuntos importantes, para, por lo menos, dejar inquietudes que bien pueden profundizarse en otra oportunidad e instancia, así por ejemplo:

Qué impacto ha causado enla sociedad el impulso de importantísimas instituciones del Estado a la legalización de la dosis personal de drogas, con el único argumento del libre desarrollo de la personalidad? Acaso la Constitución Política, a dicho efecto, no ha señalado que ello se debe garantizar mientras no cause daño o traumatismos a la sociedad en que se desenvuelve el individuo, privilegiando el interés general sobreel particular? Que opina el lector sobre las recientes estadísticas que señalan que la mayoría de delitos, atroces y los que no se consideran así, se cometen bajo la influencia del alcohol o las drogas?

Cuál es el papel del Estado a través de organismos como el Bienestar Familiar en detrimento de la disciplina, donde la apreciación del observador común es que cualquier intento de disciplinar aun individuo en formación puede significar riesgo hasta de arresto a quien lo intenta? Se debe hacer la obligatoria salvedad de la misión institucional de garantizar la integridad física y la propia vida del menor, situación con la estamos plenamente de acuerdo. Sin embargo, castigar al maltratador es apenas una especie de venganza por la gravedad del hecho cometido, implantando una solucióntardía a la problemática. El padre que incita a la intolerancia, induciendo a su hijo a la violencia, quien tolera los pequeños robos porque su hijo es “avispado, o no es bobo”, por lo general es el padre maltratador y es quien se está convirtiendo en el factor de causalidad de los fenómenos que hoy nos asombran. Nada que decir sobre quienes ni siquiera lo anterior deciden, son aquellos que abandonanal hijo a su suerte, se desentiende de su importante función de primer educador, y tal función pasa a quien quiera “formarlo” a su manera, en la calle, absorbiendo como esponja todo comportamiento que quien anda “sin Dios ni ley” le pueda transmitir, por delegación paterna o materna.

Bien decía el pensador “..el ejemplo no es la mejor manera de educar, es la única..”

Bajo el anterior...