El hombre que creó a cristo
Robert Ambelain
Índice
Advertencia................................................................................................................................................................................... 1Introducción.................................................................................................................................................................................. 2 Primera parte - El gran sueño de Saulo-Pablo.............................................................................................................................. 6 Segunda parte - Pablo, el que creó a Cristo................................................................................................................................ 64Tercera parte - Las llamas de Roma............................................................................................................................................92 Anexo........................................................................................................................................................................................ 121
La costumbre romana consiste entolerar ciertas cosas y en silenciar otras... gregorio VII, carta del 9 de marzo de 1078 a Hugues de Die, legado pontificio ¡Desde tiempos inmemoriales es sabido cuan provechosa nos ha resultado esa fábula de Jesucristo! león X, carta al cardenal Bembo nota: La carta de Gregorio VII la cita Fierre de Luz en Histoire des Papes (Imprimatur, Albín Michel, París, 1960, tomo I, p. 148). La carta deJuan de Mediéis, alias León X, citada por Pico de la Mirándola, dice lo siguiente en latín: «Quantum nobis notrisque que ea de Christo fábula profuerit, satis est ómnibus seculis notum...». Su tercer sucesor, Alejandro Farnesio, alias Pablo III, confiaría al duque de Mendoza, embajador de España en Roma, que al no haber podido descubrir ninguna prueba de la realidad histórica del Jesucristo de laleyenda cristiana, se veía obligado a sacar la conclusión de que se hallaban ante un dios solar mítico más.
Advertencia
La Historia es una ciencia que, para merecer ese calificativo, tiene la obligación de ser exacta, de reposar sobre documentos y sobre su confrontación, sobre severos controles cronológicos y sobre datos que puedan probarse. A menudo la leyenda no es otra cosa que su deformación,ampliada por amor a lo maravilloso, y alimentada a veces expresamente, en provecho de intereses de lo más materiales. Así pues, la Historia es para los adultos, y la Leyenda para aquellos que todavía no lo son, o lo son de forma incompleta. Fue por eso por lo que el académico Marcel Pagnol pudo decir en su estudio definitivo sobre Le Masque de Fer: «El primer deber del historiador consiste enrestablecer la verdad destruyendo la Leyenda. Sin él, la historia de los pueblos no sería más que un extenso poema, donde los hechos, engrandecidos y dramatizados por la imaginación de las multitudes, enormemente embellecidos o inventados por los aduladores de los reyes, brillarían, en color de oro y de sangre, en medio de una luminosa bruma». En estas páginas a veces se encontrarán citas dedocumentos repetidas. Estas nos han parecido indispensables, ya que cada uno de los capítulos de esta obra constituye un todo, y el mismo argumento puede verse requerido como testimonio en diferentes circunstancias y con diferentes fines. Y ese argumento puede haberlo olvidado el lector... Como decíamos en nuestra obra Jesús o el secreto mortal de los templarios1, un verdadero lavado de cerebro dogmáticoha impregnado, por las buenas o por las malas, durante más de quince siglos, la psique hereditaria del hombre occidental, y a menudo, sin que él se diera cuenta, lo ha hecho más o menos refractario a la crítica, o incluso a la lógica más evidente. Contra esa verdadera tortura intelectual, que todavía sigue vigente en nuestra época, el historiador deseoso de servir a la verdad se ve obligado a...
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