EL JUEZ DE LOS DIVORCIOS
Páginas: 2 (310 palabras)
Publicado: 18 de junio de 2014
EL JUEZ DE LOS DIVORCIOS
Sale el juez, con el escribano y procurador, y se sientan en una
Silla; salen el vejete y Mariana, su mujer.
.
Mariana: Hemos llegado y elseñor juez está sentado en la silla de su audiencia
Esta vez tengo que quedar dentro o fuera; debo ser libre como el gavilán.
Vejete: Por el amor de Dios, Mariana, por la pasiónque Dios paso; mira que tienes aturdida a toda la vecindad con tus gritos; y, tienes delante al señor juez, y creo que escucha perfectamente que no hay porque gritar.
Juez:¿Puedo ayudarlos?
Mariana: Señor juez, ¡quiero el divorcio, y solo divorcio!
Juez: ¿De quién, o por qué, señora?
Mariana: ¿De quién? De este viejo que está aquí presente.
Juez:¿Por qué?
Mariana: Porque no puedo sufrir sus impertinencias, ni estar presente en todas sus enfermedades; no me criaron mis padres para ser enfermera. Muy buena cantidad dedinero llevé, me tiene consumida en los días de vida; cuando me casé con él, yo era hermosa y joven, ahora tengo muchas arrugas.
Juez: No llore, señora; baje la voz y limpielas lágrimas que yo haré justicia.
Mariana: Déjeme llorar; que con esto descanso.
Juez: Deme más razones por la cual yo pueda anular este matrimonio.
Mariana: Le parece pocolevantarme a media noche a calentar paños para ponérselos en la quijada, el cuidado que tengo al ponerle la cabecera de la cama, jarabes lenitivos, para que no se ahogue delpecho. Y estar obligada a sufrir su mal olor en la boca.
Escribano: Debe ser alguna muela podrida.
Procurador: Según he oído decir, que por sólo el mal olor de boca se puedeanular este matrimonio.
Vejete: Pues mi mal olor de boca que ella dice que tengo, no viene de alguna muela podrida, y tampoco de mi estómago ya que está sanísimo.
Juez:
Sale el juez, con el escribano y procurador, y se sientan en una
Silla; salen el vejete y Mariana, su mujer.
.
Mariana: Hemos llegado y elseñor juez está sentado en la silla de su audiencia
Esta vez tengo que quedar dentro o fuera; debo ser libre como el gavilán.
Vejete: Por el amor de Dios, Mariana, por la pasiónque Dios paso; mira que tienes aturdida a toda la vecindad con tus gritos; y, tienes delante al señor juez, y creo que escucha perfectamente que no hay porque gritar.
Juez:¿Puedo ayudarlos?
Mariana: Señor juez, ¡quiero el divorcio, y solo divorcio!
Juez: ¿De quién, o por qué, señora?
Mariana: ¿De quién? De este viejo que está aquí presente.
Juez:¿Por qué?
Mariana: Porque no puedo sufrir sus impertinencias, ni estar presente en todas sus enfermedades; no me criaron mis padres para ser enfermera. Muy buena cantidad dedinero llevé, me tiene consumida en los días de vida; cuando me casé con él, yo era hermosa y joven, ahora tengo muchas arrugas.
Juez: No llore, señora; baje la voz y limpielas lágrimas que yo haré justicia.
Mariana: Déjeme llorar; que con esto descanso.
Juez: Deme más razones por la cual yo pueda anular este matrimonio.
Mariana: Le parece pocolevantarme a media noche a calentar paños para ponérselos en la quijada, el cuidado que tengo al ponerle la cabecera de la cama, jarabes lenitivos, para que no se ahogue delpecho. Y estar obligada a sufrir su mal olor en la boca.
Escribano: Debe ser alguna muela podrida.
Procurador: Según he oído decir, que por sólo el mal olor de boca se puedeanular este matrimonio.
Vejete: Pues mi mal olor de boca que ella dice que tengo, no viene de alguna muela podrida, y tampoco de mi estómago ya que está sanísimo.
Juez:
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