El marqués diabólico

Páginas: 9 (2239 palabras) Publicado: 10 de enero de 2012
el marqués diabólico

No se preguntó quién podía llamarlo a las dos de la madrugada. Tendió simplemente el brazo, agarró el auricular y, con voz soñolienta, contestó:

–¿Hola?
–Buenos días, Duval, sal de la cama y vete al 28 de la calle Chappe, séptimo piso. Hasta la vista, Duval, y ... ¡Buena suerte!

Con celeridad, pero sin precipitarse, Lucien Duval se levantó, se vistió y salió de sucasa. En modo alguno estaba intrigado por la extraña llamada telefónica, sólo se sentía molesto porque su interlocutor le había pedido que fuera tan lejos. Atravesar todo París con aquel frío glacial, brrr...
Dejándose llevar por sus largas piernas, caminaba hacia la dirección indicada. Nunca había oído hablar de la calle Chappe y, sin embargo, se dirigía hacia allí con paso firme, como si yahubiese recorrido ese trayecto. Incluso cuando alcanzó el inmueble del número 28, que le era completamente desconocido, marcó sin vacilar sobre el teclado del portero electrónico el código que accionaba la apertura de la puerta. Entró y subió por la escalera hasta el séptimo piso, en el que encontró varias puertas. Con gesto decidido, abrió una y penetró en una habitación bien iluminada en cuyocentro vio una mesa, un juego de ajedrez y una silla. Se sentó y miró el tablero sobre el cual estaba colocada la posición siguiente:

En un papel enganchado a la mesa pudo leer: , \* MERGEFORMAT . Estaba furioso. ¿Cómo? ¡Le habían causado todo aquel trastorno por un estúpido mate en una!
Cuando examinó la posición, se enfureció todavía más al no encontrar la solución instantáneamente. Consiguiócontener el impulso de tirar el tablero y, progresivamente, su cólera se disipó. Respiró hondo, se levantó, dio una vuelta alrededor de la silla y se volvió a sentar, pensando: , , ) , \* MERGEFORMAT . Apoyando la cabeza entre las manos, colocó firmemente los codos en los extremos de la mesa y se concentró con todas sus fuerzas.
–¡Recáspita! –exclamó después de cinco minutos de reflexión–. Si yo,Lucien Duval, jugador de primera categoría, no encuentro este mate en una, ¡es que no tiene solución!
Inspiró profundamente, se apoyó contra el respaldo de la silla y maquinalmente tendió la mano hacia un lado del tablero; encontró una taza de té humeante y se la llevó a los labios.
El efecto fue inmediato; se sintió bien, muy bien, y, considerándose revigorizado, se puso manos a la obra. Bajólos párpados lentamente y tuvo la visión vaporosa de un paisaje paradisíaco de una belleza deslumbrante que recordaba un cuadro de Sorolla. La silueta de una joven que parecía flotar en el espacio se destacó del decorado. Con voz tranquila y dulce, le dijo:
–Mi pobre Lucien, has caído en una celada. Este juego de ajedrez está embrujado y no podrás solucionar este problema de una jugada. Anota laposición, vuelve a casa y busca en tu propio juego de ajedrez. Sólo entonces comprenderás.
Dichas estas palabras, la joven desapareció, así como el decorado que la acompañaba. Duval se frotó los ojos y, al abrirlos, no recordaba nada.
En estado de semiiconsciencia sacó del bolsillo un cuadernillo, anotó la posición que tenía delante, se levantó y bajó los siete pisos.
Ya en casa, se sintióabatido. Él, Lucien Duval, jugador de primera categoría, había dado su brazo a torcer ante un mate en una.
¡No, aquello no podía ser verdad! Tomó su juego de ajedrez y se dispuso a colocar las piezas tal y como había anotado en la libreta.
Fue entonces cuando se topó con un obstáculo que le hizo comprenderlo todo.
Y estalló en una risotada terrible, interminable. ¡Diablos! ¡Qué terriblemaquinación! Al intentar reproducir la posición en su propio tablero, se había percatado claramente de que el problema comportaba 9 peones blancos en vez de 8, cosa que era, por supuesto, imposible. Había, pues, que quitar uno, y el milagro se conseguía: fuese cual fuese el peón retirado, las blancas podían dar mate en una jugada. Retirando a3: 1. Da2 mate; retirando b7, 1. Dxd7 mate; retirando c5, 1. Dc5...
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