El Mayor Error Del Ser Humano
por Jared Diamond Prof. UCLA School of Medicine DiscoverMay 1987, pp. 6466
A la ciencia le debemos cambios dramáticos en nuestra complaciente autoimagen. La astronomía nos enseñó que la tierra no es el centro de el universo, sino simplemente uno de mil millones de cuerpos celestes. De la biología aprendimos que Dios nos no creó especialmente sino que evolucionamos al mismo tiempo que otros 11 millones de especies. Ahora la arqueología derrumba otra creencia tabú: que la historia humana de los últimos millones de años ha sido una larga serie de progresos. En particular, recientes descubrimientos sugieren que la adopción de la agricultura, supuestamente nuestro paso más decisivo hacia una vida mejor fue, en muchos sentidos, una catástrofe de la cual nunca nos hemos recuperado. Con agricultura vinieron las graves desigualdades sociales y sexuales, la enfermedad y el despotismo, que maldicen nuestra existencia. En un primer momento, las evidencias contra esta interpretación revisionista les parecerán a los americanos del siglo XX como irrefutables. Estamos en mejor situación, en casi todos los aspectos, que la gente de la edad media, que a su vez, estaban mejor que los hombres de las cavernas, y estos estaban mejor que los monos. Veamos nuestras ventajas. Gozamos de alimentos más abundantes y más variados, de mejores herramientas, de bienes materiales, algunos gozamos de las vidas más largas y saludables de la historia. La mayoría de nosotros estamos a salvo de las hambrunas y de los depredadores. Realizamos la mayor parte del trabajo con la energía del petróleo y de las máquinas, no con nuestro sudor. ¿Qué neoludita actual cambiaría su vida con la de un campesino medieval, con la de un hombre de las cavernas, o la de un mono? Durante la mayor parte de nuestra historia nos hemos valido de la caza de animales y la recolección de plantas silvestres, una vida que los filósofos tradicionalmente consideran desagradable, embrutecedora y corta. Puesto que los alimentos no se producen y apenas se almacenan, no hay en esta forma de vida, ningún descanso en la lucha diaria para encontrar alimentos silvestres y evitar morir de hambre. Salimos de esta miseria hace solo 10.000 años cuando en diversas partes del mundo la gente comenzó a domesticar las plantas y los animales. La revolución agrícola se extendió gradualmente hasta hoy en que casi es universal, y sobreviven pocas tribus cazadoras recolectoras. Desde la perspectiva desarrollista en la que me eduqué, la pregunta: ¿Por qué la práctica totalidad de los cazadores recolectores adoptaron la agricultura? es una pregunta estúpida.Es evidente que la adoptaron porque es una manera más eficiente de conseguir más alimento con menos trabajo. Las cosechas de cultivos rinden muchas más toneladas por acre que la recolección de raíces y bayas. Solo hay que imaginar una horda de cazadores primitivos, agotada por la búsqueda de frutos silvestres y la caza de animales salvajes, descubriendo de repente, por primera vez, un huerto lleno de frutales o un pastizal lleno de ovejas. ¿Cuántos milisegundos piensa usted que tardaría en apreciar las ventajas de la agricultura? La ortodoxia desarrollista a veces va tan lejos como para asociar la agricultura con el notable florecimiento del arte que ha tenido lugar durante el último milenio. Dado que los cultivos pueden ser almacenados, y que lleva menos tiempo recoger alimentos de un jardín que encontrarlos en la naturaleza, la agricultura nos dio tiempo libre, cosa que los cazadoresrecolectores nunca tuvieron. Por lo tanto,fue la agricultura la que nos ha permitido construir el Partenón y componer la Misa en SiMenor. Aunque el punto de vista desarrollista sobre el asunto parece abrumador, sin embargo es difícil de probar. ...
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